La llegada del libro electrónico o e-book es inminente, y con él llegará también el debate en torno a la necesidad de reconversión del sector editorial. Sin embargo, los expertos aseguran que un gran número de los nuevos consumidores de estos dispositivos no sustituirán los libros por el e-book, sino que emplearán este como lector de muchos otros documentos (ponencias, informes, jurisprudencia…). Este es el motivo por el que la consultora norteamericana Cleantech Group sugiere que la llegada de los libros electrónicos beneficiará positivamente al crecimiento sostenible.
Según los cálculos de la consultora, si en el periodo de 2009 a 2012 se cumplen las previsiones de venta de e-bookssólo del Kindle, de Amazon, se prevén 14,4 millones de unidades para 2012, los ahorros de emisiones de CO2 podrían situarse en 9,9 millones de toneladas. Durante la pasada edición de la Feria Internacional del Libro (Liber), Andrés Caraballo, técnico de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, ya apuntó que el libro electrónico juega un papel fundamental en el compromiso medioambiental para reducir el consumo de papel.
Según la ONU, los países industrializados, que agrupan tan sólo al 20% de la población, consumen el 87% de los papeles impresos, y la OCDE prevé que estos ratios hayan aumentado un 77% en 2020 respecto a 1995.
Desperdicios de papel
España es el sexto productor de la UE y Greenpeace sostiene que en todo el país se desperdician unas 850.000 toneladas de papel de impresión y escritura, un 40% del consumo de papel y cartón.
La reducción en el uso del papel es clave para el medio ambiente y, aunque en España su consumo cayó un 5,7% en 2008, la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel) lo atribuye a la crisis económica, no a una mayor racionalización de su uso. De hecho, la Memoria de Sostenibilidad 2009 de la asociación indica que la tendencia es de crecimiento de la producción, muy por encima del PIB español. España cuenta con 99 plantas industriales (13 fábricas de celulosa y 86 fábricas de papel).
Uno de los beneficios de la caída del uso de papel sería una reducción en la tala de bosques: en 2008, la industria editorial y de prensa estadounidense provocó la tala de 125 millones de árboles. La madera para celulosa procede de plantaciones de especies de crecimiento rápido, como el pino y el eucalipto. Al mismo tiempo, se minimizaría el consumo de agua y energía en su producción e impresión, así como el uso de sustancias químicas, aunque en España ya se ha erradicado el uso del cloro para blanquear la pasta de papel.
Entre los principales obstáculos para alcanzar estos ahorros por la expansión dele-book no sólo se encuentra la reconversión del sector editorial, sino también la de ámbitos como universidades y escuelas. En EEUU ya existen pilotos en las universidades de Princeton, Virginia y el Estado de Arizona.
Fuente: Publico.es