El país cuenta con una superficie de 33M de hectáreas de bosques nativos y 1,2 Millones de hectáreas de cultivados. El sector debate como comercializar productos con valor para generar riqueza. Su desarrollo podría generar nuevos empleos en el negocio del mueble y la energía verde.
Desde la salida de la convertibilidad la producción forestal en la Argentina ha crecido de manera significativa generando en el último año exportaciones por 1.070 millones de dólares.
Sin embargo, es necesario que la industria se asocie más con la actividad forestal de manera de sumarle valor a la producción primaria. El bosque tiende a tener un valor cero sino se los industrializa y se incorpora la magia de la mano de obra.
En el marco del auge de los biocombustibles, la madera también se puede aplicar en la búsqueda de nuevas energías. Además no forma parte de la pelea entre los alimentos como sí es el caso del maíz que hoy se usa para la elaboración de bioetanol.
En definitiva, el desarrollo forestal industrial en la Argentina puede transformarse en una herramienta de desarrollo económico y social sostenible.
Este y otros temas serán ejes del debate a tratar en el XIII Congreso Forestal Mundial que se desarrollará en la ciudad de Buenos Aires, entre el 18 y el 23 de octubre.
CON VALOR. Uno de los últimos informes de la FAO (Departamento de Agricultura y Alimentación de la ONU) afirmó que invertir en la actividad de los bosques podría llegar a crear 10 millones de “empleos verdes” a nivel mundial.
Hoy la Argentina cuenta con una superficie de 33 millones de hectáreas de bosques nativos y 1,2 millón de hectáreas de bosques cultivados, principalmente con pinos, eucaliptos, álamos y sauces. Además se encuentra entre las tres regiones del mundo con mayores ventajas para la expansión de bosques de cultivo.
Ahí reside la importancia de buscar la forma de que la industria ingrese aún más en la actividad forestal, ya que este es reconocido como un sector generador de empleo importante principalmente en la unión de lo rural y urbano.
Y esto es porque las industrias se establecen cerca de los bosques, permitiendo un desarrollo regional que derrama a las demás actividades en la generación de empleo.
El gran incentivo para plantar es que haya industrias que compren la madera y así generar valor agregado.
La producción forestal tiene una tasa de multiplicación de empleo superior a la de la construcción. Según representantes del sector este rondaría el 3,2 por ciento. Con lo cual lo convierte en un alto generador de empleo.
Un dato no menor es que el 90 por ciento de la producción industrial de base forestal en la argentina, proviene de bosques cultivados. Lo que representa un aporte del 2,6 por ciento del PBI.
Las exportaciones con valor agregado forestal se ubicaron en el 2008 en 1.070 millones de dólares.
Sin embargo, desde el sector reconocen una caída en las exportaciones del orden del 7% en relación a 2007, debido a la crisis económica mundial que afectó principalmente a los Estados Unidos, principal comprador de la Argentina, pero los altos precios del orden del 11 por ciento, dejaron un saldo positivo en los ingresos con alzas del 3 por ciento.
La actividad forestal en el país tiene cerca de 6.000 pymes ligadas al sector así como también 3.000 aserraderos. Pero lo más importante es que 15.000 productores están volcados a desarrollos forestales. Por otro lado, existen 500.000 personas ligados al cluster (formas de organización entre productores que tienen como fin lograr la sustentabilidad y un alto potencial productivo).
El año pasado, el país exportó madera por 400 millones de dólares. Esto para muchas provincias significa un ingreso importante como es el caso de Misiones donde representa el 50% de sus ingresos. A esto hay que sumarle a Corrientes, otras de las zonas con un alto potencial forestal y donde existe una fuerte oportunidad de atraer inversiones por 3.000 millones de dólares.
BIOCOMBUSTIBLES. Se estima que en los próximos 20 años la matriz energética mundial tendrá incorporada un 25 por ciento de energías renovables de las cuales el 80 por ciento serán biocombustibles.
Y se calcula que para el 2050 la superficie cultivada en el mundo deberá extenderse en 400 millones de hectáreas para abastecer la creciente demanda de alimentos y energía o bien incrementar el rendimiento de los suelos en un 30 por ciento.
Frente al uso de soja, maíz, caña de azúcar, entre otros, surge la madera como una alternativa de energía, ya que a la hora de reducir costos, este producto presenta ventajas respecto de las demás.
Tomás Schlichter, coordinador del Programa Forestal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), afirmó que “la diferencia de los árboles está en la biomasa (árboles y pasto)”.
Sin embargo, el especialista sostuvo que todavía no hay tecnología en el mundo que pueda generar combustibles a través de la madera debido a que es muy cara.
El objetivo es buscar la forma de transformar la sacarosa incluída en la celulosa, que forma parte de la madera para luego elaborar el etanol.
“Yo creo que en 7 u 8 años vamos a tener las herramientas disponibles y vamos a poder producir mucho en base a biomasa”, agregó Schlichter.
Lo relevante es que la madera no va a ingresar en la discusión alimentos versus energía. Como es el caso del maíz que se utiliza en la elaboración de bioetanol y que también puede utilizarse como alimento para el ganado vacuno, porcino o el aviar y que luego servirá para alimentar a la población.
Frente al cuidado del medioambiente, el coordinador del INTA, expresó que el acero requiere 500 veces más energía para ser producido en comparación con la madera. Mientras que los materiales de la madera expulsan casi 1.000 veces menos dióxido de carbono que sus sustitutos, contribuyendo al cuidado en el cambio climático.
ACCIDENTES. De acuerdo a los últimos datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) la actividad forestal es una de las de mayor riesgo en el mercado laboral.
La media a nivel nacional sostiene que hay 72 accidentes de trabajo cada 1000 trabajadores.
En la extracción de madera, en cambio, se dan 195 accidentados por cada 1.000 trabajadores y otros 190 accidentados para la parte de aserrío (la pérdida de dedos o partes de extremidades es un accidente común) y para la silvicultura otros 187 eventos no deseados.
El motivo principal es que las ocupaciones más riesgosas están cubiertas por personas de bajos niveles de educación formal. El 78% de los trabajadores forestales tienen solo escolaridad primaria, y en su mayoría, incompleta.
En ese sentido, desde la Asociación Forestal Argentina (AFOA) se está impulsando junto al Ministerio de Trabajo un programa de certificación de competencias laborales y formación continua, que involucra la participación activa de las organizaciones representativas del sector empresario, el gremial y el académico.
El Programa promueve la normalización de puestos laborales, la evaluación de los trabajadores, la acreditación de aquellos que demuestran las competencias requeridas, y la elaboración de la curricula y material didáctico para la capacitación compensatoria de aquellos no competentes. Se han creado tres Organismos de Certificación de Trabajadores y se ha constituido un Consejo de Certificación de Competencias Laborales y Formación Continua.
En el último tiempo, en el sector forestal se han normalizado los ocho puestos laborales distintos (combatiente de incendio, motosierrista, preparador y aplicador de agroquímicos, plantador, podador, operador máquina de carguío así como la de encargado de cosecha y encargado de silvicultura). En el sector de la madera, se normalizaron 5 roles (afilador, operador de aserrío, operador de moldurera, operador de secadero y mantenimiento industrial).
Esto hace que a la fecha se lleven evaluados alrededor de 1.700 trabajadores y ya se comienzan a dar los cursos de capacitación compensatoria a aquellos que no han resultado competentes en la evaluación.
UNA LEY PARA UNIR A LA INDUSTRIA Y EL BOSQUE
La Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, busca mediante la disponibilidad de fondos para las provincias mantener sus recursos boscosos como activos ambientales..
La reglamentación reserva un fondo compensador de alrededor de 1.000 millones de pesos, de los cuales el 70 por ciento será destinado a los propietarios de bosques y el 30 por ciento restante a las provincias que hayan sancionado, mediante ley provincial, su ordenamiento territorial de los bosques nativos.
La aplicación de esta norma, a través de su decreto permite también, entre otros puntos, el avance de mecanismos de promoción para mejoras en determinados procesos productivos e industriales en el sector empresarial. También favorece la posibilidad de disponer de recursos económicos y financieros para la valoración y consolidación a futuro de un mercado de servicios ambientales.
Objetivo. El Plan Nacional de Forestación tiene como principal objetivo incrementar la superficie forestada para incrementar la cantidad de materia prima e impulsar la radicación de las industrias.
De acuerdo con la normativa, la idea es implementar alrededor de 100.000 hectáreas por año con la plantación de especies de rápido crecimiento, como pinos y eucaliptos, que se van a plantar en zonas donde no existieron bosques.
Los productores que estarán dentro del plan van a recibir un reintegro de entre un 70 y un 80 por ciento del costo de inversión por parte del Gobierno nacional, que empezarán a percibir dentro de un año y medio o dos años.
Este plan tiene previsto generar unos 100.000 empleos a lo largo de los próximos diez años, de los cuales 40.000 serían directos y se estarían creando en los primeros dos años del ciclo productivo.
Fuente: El Argentino