Los investigadores han mostrado que un extracto de esta infusión herbal inhibe la producción de nuevos adipocitos y estimula la movilización de la grasa desde las células de grasa maduras.
Los científicos, dirigidos por Marc Winnefeld, estudiaron los efectos biológicos de un extracto de té blanco, la versión menos procesada de la planta del té ‘Camellia sinensis’.
Según explica Winnefeld, «en los países industrializados, la creciente incidencia de los trastornos asociados a la obesidad que incluyen las enfermedades cardiovasculares y la diabetes constituye un problema en aumento. Hemos mostrado que el té blanco podría ser una fuente ideal de sustancias adelgazantes».
Después de tratar pre-adipocitos humanos cultivados en laboratorio con el extracto de té blanco, los autores descubrieron que la incorporación de grasa durante la génesis de nuevos adipositos se redujo.
«El extracto indujo una disminución en la expresión de genes asociados con el desarrollo de nuevas células de grasa además de promover que los adipocitos existentes degradaran la grasa que contenían», añade Winnefeld.
El té blanco está compuesto por brotes y las primeras hojas de la planta utilizada para hacer el té blanco y el negro, que suelen consumirse en mayor medida en los países occidentales. Está menos procesado que los otros tés y contiene una mayor parte de los ingredientes activos en las células humanas como metilxantinas (como la cafeína) y epigalocatequina-3-galato (EGCG), que los autores creen el responsable de muchos de los efectos antiadipogénicos demostrados por su estudio.
(EUROPA PRESS)