La irregularidad con la que dio inicio la campaña citrícola podría mantenerse durante toda la temporada debido a las deudas que tiene la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) con el sector en cuanto a devolución del IVA y reembolsos a las exportaciones. El director de la cooperativa citrícola San Francisco de Monte Caseros, Miguel Robacco, señaló que aún está pendiente con la empresa el pago de unos 50 mil pesos en concepto de exportaciones y otros 300 mil pesos por el Iva , ambos montos corresponden al período 2008. “Uno de los inconvenientes es que los productores contamos con ese dinero para encarar la nueva campaña y por lo general lo recibimos antes de iniciar la temporada”, señaló Robacco en diálogo con La República. Al tiempo que agregó: “Hay una situación de angustia en la actividad, porque es una práctica usual de los exportadores de adelantarles recursos a los productores para que realicen la cosecha, y ahora no lo pueden hacer”.
En medio de una contracción y sin financiación para la campaña exportadora, el sector citrícola atraviesa un período de “incertidumbre”, según expresaron los productores, ya que en productos de fábrica no hay mucha demanda, mientras que los pedidos externos de fruta fresca también cayeron en comparación con los que se registraban igual fecha del año pasado.
La situación de deuda se replica en otras provincias citrícolas como Tucumán donde sólo por iva esperan unos 40 millones de pesos.
Al mal panorama tributario se suman los pronósticos climáticos de cara al invierno, el cual tendría escasas lluvias y provocaría dificultades para los cultivos de esta temporada. Los citricultores señalaron que la sequía retrasó mucho el crecimiento de la fruta, en sus distintas variedades, y no se logró el tamaño óptimo ni la cantidad para la exportación a mercados exigentes como la Unión Europea, Rusia y Filipinas.
Respecto de las consecuencias económicas, el presidente de la Asociación de Citricultores de Bella Vista, Carlos Achitte, explicó que “la industria siempre es la que da valor agregado a la fruta y paga la tonelada de limón 250 pesos puesto en fábrica. El productor, en cambio, tiene que cosechar, pagar el camión para llevar a la industria y recibe por la tonelada 80 pesos, con eso no le alcanza para cubrir los costos. Además, las ventas han caído enormemente entre un 30 y 40%, y el productor sigue trabajando a pérdida”, remarcó.
Algunos productores cuentan con costosos sistemas de riego por goteo, lo que ayuda a que la fruta tome tamaño, pero tampoco se puede mucho por el elevado consumo de la energía. Todo eso hace que la fruta no tenga el tamaño adecuado y ya no cumple con el requerimiento para ser exportada. La calidad es buena, pero no tiene el calibre para comercializarse como fruta fresca en la mayoría de los casos”, detalló a La República.
Según lo había anticipado el presidente de la Asociación de Citricultores de Monte Caseros, Omar Carlino, “entre un 60 y 70% de la fruta del departamento no logró el tamaño adecuado para la exportación y esto se observó en forma severa tanto en las variedades tempranas y tardías”. A lo que agregó que el mercado está muy deprimido y la crisis no acompaña al costo de producción del citrus. Incluso, en un momento, el precio de los agroquímicos subió porque aumentó el valor en dólares.
Bendito chaparrón
El miércoles se registraron precipitaciones que no estaban pronosticadas. Los 60 milímetros caídos fueron una “bendición” para las producciones de la zona. Las condiciones de temperatura también traen aparejadas otros tipos de inconvenientes al sector, como la aparición de plagas.
Fuente: Larepublica Corrientes