Gracias al uso de la informática, se resolvió un problema que pasó 400 años sin solución: hay que formar una pirámide.
Muchos fruteros lo habrán descubierto sin hacer tanta cuenta, pero faltaba que la ciencia lo comprobara: la manera de aprovechar el espacio al máximo al apilar naranjas o manzanas es en forma de pirámide. Y, por más obvio que parezca, esa pregunta tardó 400 años en ser respondida científicamente.
Corría 1611 cuando el astrónomo y matemático alemán Johannes Kepler planteó casi intuitivamente que esa era la mejor forma de apilar objetos esféricos. Pero nunca pudo comprobarlo, destaca el portal especializado en ciencia New Scientist.
Hasta esta semana. Thomas Hales, de la Universidad de Pittsburgh, en Pennsylvania, desarrolló dos programas de computadora que permiten detectar errores en una teoría matemática. El domingo pasado, y luego de años, el software completó su escrupuloso análisis. Su conclusión: la conjetura de Kepler es correcta en un 100 por ciento.
El descubrimiento es útil no sólo para los fruteros. También abre la puerta para desarrollar software capaz de solucionar cuestiones matemáticas que, al requerir cálculos muy engorrosos, siguen sin resolverse.