En el ingenio azucarero se concretó un reacondicionamiento general de toda la maquinaria y se puso en funcionamiento la caldera Salcor Caren (para generar vapor con combustible a base de biomasa).
La empresa tucumana Metalar S.A. fue la encargada de la remodelación del tándem de molinos para aumentar la capacidad de molienda de caña de 450 a 900 toneladas por día; incrementar el porcentaje de la extracción de azúcar en 10 puntos; disponer de bagazo más uniforme, de bajo contenido de humedad; aumentar el poder calorífico por tonelada y disminuir el tiempo de paradas del trapiche por roturas y/o mantenimiento.
Paralelamente, se instaló una nueva chimenea con un sistema de tratamiento de hollín a base de agua que dejará fuera de servicio la antigua chimenea. Con la participación de los trabajadores, se rediseñó todo el sistema de distribución y utilización del agua en la planta, el tratamiento de efluentes respetando las normas de cuidado del medio ambiente.
Este año se espera procesar más de 60 mil toneladas de caña de azúcar, pero Closs ya propuso redoblar la apuesta. “Arrancamos con una inversión de ocho millones. Pero fuimos avanzando y acordamos al final, con una inversión en la parte metalmecánica, de 15 millones de pesos, más obras civiles, de envasado, de seguridad, que llegaron a 20 millones. El ingenio después de medio siglo vuelve a recibir una fuerte inversión”, destacó.
“Debemos provocar punto de inflexión. El Gobierno está decidido. Debemos transformar al ingenio en el motor no solo de la cuenca cañera, sino conseguir que de aquí salgan recursos para el desarrollo de otros productos”, explicó.
“Debemos producir además de esta inversión industrial, un fuerte desafío en el campo. Si pusimos estas máquinas que triplican la capacidad de producción diaria, con más días trabajados y no tenemos la caña, invertimos en vano. En paralelo, debemos desarrollar la parte agrícola, con dos mil hectáreas. El Gobierno se compromete a aportar las semillas de la Biofábrica. Vamos a poner los recursos, 6, 7, 8 millones de pesos para hacer 500 hectáreas en el 2014 y 500 más en 2015. Pero no todo tiene que hacer el Gobierno. Hay que llegar a las 4 mil hectáreas con el esfuerzo de cada uno de los productores”, apuntó.
Para eso, el Gobernador planteó la necesidad de un manejo eficiente del campo y “no seguir con los viejos métodos”, sino fortalecer el enriquecimiento del suelo, incorporar genética, para alcanzar un promedio de 60 toneladas por hectárea. “Ese es el desafío que debe hacer el agricultor. El ingenio tuvo 8.640.000 pesos de facturación en 2012. En 2015 podemos llegar con 3 mil hectáreas y un rendimiento de 60 toneladas por hectárea, pasar de 48 mil toneladas anuales a 180 mil toneladas. Con nuevos trapiches y sistemas, la capacidad de molienda diaria será de 900 toneladas. Los ingresos pueden llegar a ser de 45 millones de pesos”, calculó. “Con eficiencia. Para eso hemos puesto dinero. Debemos desafiarnos a nosotros mismos”, insistió.
“Este ingenio, como algunas cosas tradicionales de Misiones, son una marca de nuestra provincia, iniciaron sus tareas allá por la década del 60. Algunas ya no existen más o no están en manos del Estado, por haber sido privatizadas o desaparecido. Este ingenio ha resistido a todas las edades, todos los tiempos y visiones políticas, tiene más de 50 años y en la mayoría de los casos hubo de soportar la adversidad. Nosotros definimos como una de las principales políticas de Estado la producción de alimentos, porque había elementos que hacían claro que ese debía ser el camino de Misiones”, señaló Closs.
“Primero, porque hay un mundo cada vez más demandante y una provincia con fuerte estructura agrícola, pero que no producía alimentos con contenido calórico. En la mesa misionera, la inmensa cantidad de productos venía de otros lugares del país. También como una cuestión central, la estructura de la economía familiar agrícola es y será una fortaleza de la economía social de Misiones. Había que poner a producir los alimentos y le planteamos al agricultor que había que romper el viejo modelo de producir sólo productos tradicionales, a nadie le dijimos que deje de producir yerba o tabaco, sino que plante algo más. Así avanzamos durante todos estos años”, recordó.
“Ya demostramos que podemos producir, que tenemos 500 mil cabezas de ganado, que tenemos los cerdos, quesos, mermeladas o verduras. Instalamos la marca de Misiones. Pero debemos ir por más. Era imposible plantear un proceso industrial si no mirábamos lo que teníamos, donde teníamos infraestructura obsoleta. Y en vez de seguir entregando planes para nuevas industrias, mejoramos las que teníamos, como los silos de Bernardo de Irigoyen, que hoy pueden exportar grano, darle valor a la carne, con frigoríficos zonales. Ahí aparecía, casi como una mancha de contradicción, el histórico ingenio de San Javier”, admitió el mandatario.