La planta de empaque, de donde salen frutas con destino a Europa y Asia, fue sede el martes por la tarde de una visita realizada por el gobernador Arturo Colombi y un grupo de legisladores oficialistas, donde, según se consignó, la inversión para la construcción y equipamiento del lugar fue de tres millones de pesos aportados por el Estado correntino y los miembros de la cooperativa.
La tecnología utilizada por la planta es de alta complejidad y da trabajo directo a 60 personas y en forma indirecta a unas 1.300, repartidas entre las dos localidades ubicadas en el extremo sur de la provincia sobre el límite con Entre Ríos. Se indicó que por semana se empacan entre 100 y 200 mil kilos de mandarinas, lo que representa entre 10 y 20 mil cajas que tras pasar todo el proceso de clasificación y depuración son depositadas en una cámara de acopio que también sirve para desverdizar.
Es como una maduración a punto de la fruta que varía según su variedad, luego, desde ese punto final en el proceso, son enviadas a diferentes puertos según el destino de ultramar que tengan las mandarinas correntinas.
“Somos una de las pocas empacadoras en usar tecnología de última generación para el control del producto que debe estar en muy óptimas condiciones para no ser rechazado en los puestos aduaneros”, señaló Iván Chaparro, titular del establecimiento. Detalló que las salidas portuarias de las frutas autóctonas son dos: el puerto de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires, cuando son almacenadas en bóveda, y el de
El proceso desde que las mandarinas llegan a la empacadora tiene varios niveles, pero todo lleva sólo minutos; la primera parte es el volcado en seco, las frutas son colocadas en grandes contenedores para ser enjabonadas, luego secadas para encerarlas después, y finalmente llegan a la etapa de clasificación que se hace a mano por parte de los operarios.
Fuente: la republica de corrientes