De acuerdo con el Departamento de Agricultura, casi toda la soja, maíz y algodón cosechados en el país contienen organismos genéticamente modificados
Una vez que se aprueben los permisos, se dará inicio en la Florida a los trabajos de campo para el último tipo de cultivo transgénico, las naranjas. Diseñado por científicos de la Universidad de Cornell, esta nueva variedad de naranja Hamlin como otros organismos genéticamente modificados (OGM), genera su pesticida propio.
En base al interés que despierte en los granjeros y en la industria, las naranjas Hamlin pueden ser el próximo gran cultivo o, el próximo gran fracaso de los OGM. Las versiones de los cultivos genéticamente modificados han resultado ampliamente exitosas en la industria de la agricultura americana. De acuerdo con el Departamento de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés), casi toda la soja, maíz y algodón cosechados son transgénicos, sin embargo, esta industria también muestra un historial de fracasos frankensteinianos.
Tomate Flavr Savr
Los bioingenieros manipulan la genética de las plantas para producir todo tipo de ventajas.
Con el tomate Flavr Savr, primer OGM en ingresar al mercado de EE.UU., se enfocaron en el sabor y en la transportación.
De la granja al supermercado los tomates generalmente se conservan verdes. La técnica funciona bien para ser la transportación, pero su sabor no es tan bueno. En la década de 1980, investigadores de Calgene Inc. (ahora propiedad de Monsanto) diseñaron un tomate resistente a los embates del transporte y que incluso, luego de madurar, todavía pudiera tener una larga y atractiva vida útil.
El Flavr Savr fue aprobado para la venta en 1994, y la pasta de tomate OGM rápidamente superó a la tradicional. Sin embargo, luego de que el Dr. Arpad Pusztai reveló en la televisión británica que varias ratas de laboratorio desarrollaron lesiones en el intestino y murieron luego de consumir papas OGM, la opinión pública cambió y las ventas se desplomaron. El gobierno y la industria pintaron al Dr. Pusztai como un fraude, pero aun así, Flavr Savr fue derrotado.
Papa NewLeaf
En 1995, Monsanto completó los requerimientos regulatorios de EE.UU. para producir la papa NewLeaf, una variedad de Russet Burbank diseñada para controlar al escarabajo de la papa de Colorado. Sin embargo, un estudio del Instituto de Nutrición de la Academia de Ciencias Médicas de Rusia del año 1998, mostró que las ratas que consumieron NewLeaf, experimentaron daños considerables en sus órganos, observaciones similares a las de Pusztai.
Hacia el año 1999 los granjeros de EE.UU. habían plantado 20.234 hectáreas de papas NewLeaf. Se pretendía que la papa transgénica fuera un éxito de ventas en el mercado de la comida rápida y los refrigerios, pero la industria alimenticia rápidamente perdió el interés. En el año 2000 Procter & Gamble, McDonald’s, Frito-Lay y otras compañías, dijeron a sus proveedores que preferían papas no transgénicas.
Para 2001 se suspendieron, tanto las ventas como el marketing de NewLeaf. Aunque de acuerdo con una declaración que figura en la página web de Monsanto, “los productos continúan estando completamente aprobados en Estados Unidos y Canadá”, y pueden ser lanzados nuevamente una vez que el mercado los vuelva a demandar.
Maíz Starlink
Una de las historias de mayor éxito de los OGM es el maíz. Ochenta y ocho por ciento del maíz cultivado en EE.UU. es ahora genéticamente modificado, pero una cepa en particular lanzada en 1998 causó grandes problemas a los granjeros tradicionales.
Los analistas determinaron que Starlink, una variedad transgénica de maíz amarillo diseñado para romper las células del estómago de las molestas orugas, mostraron una potencial reacción alérgica en humanos. Así que, cuando la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) aprobó el Starlink, su uso fue limitado exclusivamente a la alimentación animal y al combustible.
A pesar de las precauciones, el nuevo maíz pronto consiguió colarse en la industria alimenticia. En sólo algunos años, el ADN del Starlink se encontró en diversas variedades de maíz, y su amplia contaminación fue responsable del retiro de docenas de productos del mercado. Starlink ha estado fuera de producción por más de una década, pero en agosto de 2013 todavía se encontraron productos contaminados en Arabia Saudita.
En 2003, Aventis CropScience, pagó a un grupo de granjeros de EE.UU. 110 millones de dólares como consecuencia de una demanda colectiva debido a la caída de los precios del maíz asociados a la contaminación de Starlink. Luego la EPA le otorgó un permiso temporario a Starlink para el consumo humano, pero Aventis retiró la matrícula.
Arroz LibertyLink
En otro caso de contaminación genética, Bayer AG pagó 750 millones de dólares a miles de granjeros de EE.UU. en 2011, luego de que los entes reguladores determinaron que el arroz experimental LibertyLink desarrollado por la compañía había infestado los granos largos convencionales. La contaminación LibertyLink no sólo causó una caída sustancial en la cotización del arroz, sino que una cepa entera de arroz se perdió para siempre.
Trigo
El maíz y la soja OGM han dominado la agricultura americana, pero una variación genética del tercer cultivo nacional más importante, el trigo, nunca prosperó.
En 2002 el gigante de la biotecnología Monsanto presentó una solicitud para una cepa de trigo diseñada con el mismo tipo resistente a los herbicidas de sus otros exitosos cultivos. Pero los cultivadores de trigo dieron marcha atrás porque los compradores extranjeros no estaban interesados y además, temían a una posible contaminación con variedades OGM.
El Mercado extranjero es tan contrario al trigo OGM que cuando una cepa no aprobada de Monsanto, de un campo de prueba abandonado hacía mucho tiempo apareció en un campo de Oregón en mayo de este año, muchos empezaron a sospechar de todo el suministro de EE.UU., Monsanto dijo que el OGM fuera de control fue el resultado de vandalismo de quienes desean dañar la reputación de la compañía.
Fuente; la granepoca.com