La actividad forestoindustrial mundial acumuló en 2009 su tercer año consecutivo de retracción. Fue uno de los sectores que sintió antes y con más fuerza el golpe asestado a la economía global por la irresponsabilidad financiera puesta al servicio del lucro desmedido. Ya en 2007 sufrió por el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, luego la generalización de la crisis profundizó la debacle del sector. Ya terminado 2009, los últimos datos disponibles indican que la recuperación deberá esperar al menos hasta 2010.
Según el último informe de coyuntura de la regional Nea del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), durante el año que pasó se redujeron las compras de madera y manufacturas de madera por parte de Estados Unidos y Brasil, los principales clientes del complejo exportador forestoindustrial de la región. En el caso del país vecino, también disminuyeron las compras de pasta celulósica.
En este marco, no es de extrañarse que las exportaciones de Argentina hacia esos dos países también se redujeran.
Gigante dormido
En lo que refiere al total del capítulo “madera y sus manufactoras”, las ventas de Argentina al mercado estadounidense cayeron 14,8 por ciento en los primeros diez meses de 2009 respecto a igual lapso del año anterior. Para el período referido de 2009, se concretaron exportaciones hacia el país del norte por 45,9 millones de dólares, mientras que en igual lapso del año anterior, las ventas habían totalizado 54 millones, siempre según datos de la regional del Ieral que conduce el economista Gerardo Alonzo Schwarz.
Vale resaltar que la reducción de las compras totales realizadas por Estados Unidos de estos productos cayó 34,4 por ciento, casi el doble de lo que se redujeron las compras a Argentina. El dato es doblemente positivo: por un lado indica que la participación de los productos nacionales en este mercado está creciendo y, por otro, revela que la reducción de las exportaciones locales de maderaa ese país se explica exclusivamente por una caída en la demanda y no por una pérdida de competitividad de la oferta local.
Dentro de este contexto, las compras por parte de Estados Unidos de Madera Aserrada de la variedad Southern Yellow Pine (categoría que engloba al pino producido en la región) proveniente de Argentina, ascendieron a 4,9 millones de dólares en los primeros diez meses de 2009, con una caída del 27,1 por ciento respecto al año anterior.
En cuanto a las exportaciones al país del norte de machimbre y madera perfilada, se ha observado una caída del 4,3 por ciento, siempre en la comparación inteanual del período enero- octubre.
El gran vecino
Brasil también ha disminuido sus compras de madera y manufacturas de madera de nuestro país: durante los primeros once meses de 2009 ascendieron a 40,6 millones de dólares, lo que representa una caída de 42 por ciento respecto a igual período del año anterior. En este caso, la reducción de las compras brasileñas a Argentina fue porcentualmente mayor a la disminución de las compras totales de ese país, que para el mismo período fue de 38 por ciento.
Los productos más afectados en esta caída ha sido los paneles de fibra de madera, cuyas importaciones provenientes de nuestro país han disminuido 52,1 por ciento en el último año, pasando de 55,17 millones en los primeros once meses de 2008 a apenas 26,4 millones en igual período de este año.
Caen las ventas de pasta celulósica
Durante el período enero-noviembre del año pasado, las importaciones brasileñas de Pasta Celulósica Química al Sulfato provenientes de Argentina, ascendieron a 72,5 millones de dólares, lo que representó una reducción de 16 por ciento respecto a igual lapso del año anterior, cuando se había despachado pasta celulósica por 86,5 millones de dólares.
La retracción de las compras brasileñas de pasta argentina, fue aún mayor que la registrada en las compras totales de ese producto por parte del país vecino.
En total, las importaciones de Brasil de pasta celulósica en los primeros once meses de 2009, fueron de 194,8 millones de dólares, lo que representó una caída de 11 por ciento respecto a los valores del año anterior, cuando esas importaciones ascendieron a importaron 217,8 millones de dólares.