La intensa sequía, el alto consumo, los bajos precios al productor, el avance de la agricultura y la intervención oficial confluyen para explicar este brusco achicamiento del negocio ganadero, de acuerdo con la mayoría de los analistas.
El SENASA coincide: atribuyó el fuerte ajuste al «aumento de la faena desde fines de 2007» y «el impacto producido por la sequía». Como el fenómeno climático persiste, la caída del stock podría ser mayor cuando concluya la vacunación de este primer semestre.
Néstor Roulet, vice de CRA, recordó que este proceso de achicamiento se inició en 2006, con las primeras intervenciones del secretario Guillermo Moreno, en el mercado, que apuntaron a imponer un techo al precio de la hacienda. «Estas acciones desalentaron la producción del novillo pesado», juzgó el ruralista en un informe en el que muestra que la producción de carne a partir de machos se redujo de 1,9 millones de toneladas en
«Ante este escenario fue necesario aumentar la cantidad de animales faenados», señaló Roulet. Así, para atender el consumo, las hembras faenadas crecieron de 6,3 millones en
Fuente:clarín.com