En un congreso internacional de productores de quinua, que se está realizando en la ciudad de Oruro, representantes locales dijeron que Bolivia debería sacar provecho no sólo de sus ventajas naturales sino también de su capacidad para exportar quinua un 100% orgánica.
La quinua es producida también en otros países sudamericanos, como la Argentina, Chile y Perú, pero en ninguno de ellos habría las condiciones de suelo y poca humedad de las tierras ubicadas entre los salares altiplánicos de Bolivia, donde se produce la llamada quinua real, la de mejor calidad.
«Es una zona calcárea que también es rica en nitrógeno, en magnesio y otros minerales. Por eso la quinua real sólo crece en el Intersalar, en Bolivia», dijo Iván Chire, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua de Bolivia, que agrupa a más de un millar de pequeños productores.
El Intersalar es una región ubicada a 3.600 y 3.800 metros sobre el nivel del mar, entre los salares de Uyuni, Coipasa y otros del altiplano boliviano, y está actualmente en la mira de varias transnacionales por sus grandes reservas de litio, probablemente las mayores del planeta.
Alentados por un salto del precio de la quinua, que se multiplicó por 10 en la última década para llegar actualmente a unos 2.000 dólares la tonelada a nivel de productores, los empobrecidos campesinos del altiplano han más que duplicado su producción.
Producen unas 27.000 toneladas de quinua real y ordinaria en unas 40.000 hectáreas, pero el potencial es mucho mayor, según Javier Fernández, gerente general de Andean Valley, una de las más de 30 empresas dedicadas a la exportación del producto.
«Se ha hecho un estudio muy profesional sobre el sector quinuero y tenemos más de cuatro y medio millones de hectáreas que pueden ser incorporadas a la producción de quinua, muchísimo más de lo que estamos produciendo ahora. Eso indica que Bolivia tiene la capacidad de producir mucha quinua», dijo.
Fernández agregó que ese potencial aumenta con la posibilidad de duplicar la tasa de producción a 1.200 kilogramos por hectárea, en condiciones totalmente orgánicas.
La quinua es un grano de apenas unos dos milímetros de diámetro, que desde tiempos precolombinos constituye la base de la alimentación de los pueblos andinos junto con la papa y el maíz. Posee una base de algodón, como los cereales, y se destaca por contener los 21 aminoácidos esenciales, más proteína que la carne, además de hierro, zinc, fibra, poca grasa y nada de gluten.
En los últimos años el auge del cultivo de quinua ha frenado la crónica migración de campesinos altiplánicos a tierras tropicales. «En dos o tres años, los índices de pobreza de los productores del Intersalar han disminuido mucho. En muchas comunidades se está comprando maquinaria agrícola para trabajar el suelo, otras están trepando los cerros para habilitar más cultivos», afirmó Chire.