El fin es atraer la atención mundial al problema de la creciente pérdida de la biodiversidad destacando su importancia en la vida humana. La comunidad mundial, a través de actividades organizadas a nivel mundial, debe unir esfuerzos para un futuro sostenible para todos nosotros, es el deseo de la UNO.
El canciller alemán, Angela Merkel, se encargó, en Berlín, de dar apertura a las actividades que este año se dedicarán a llenar de contenido en Alemania los deseos de la ONU. Alemania preside, justamente este año, la Convención de la Biodiversidad (CBD) que busca crear una red de territorios protegidos, en tierra y agua, con la intención de lograr un equilibrio de explotación de los recursos naturales entre los países industrializados y aquellos en desarrollo.
Moda y acción a favor de la naturaleza
En Ginebra, por su parte, más de 500 integrantes de Gobiernos, organizaciones internacionales, la industria de la moda y la cosmética se reúnen estos 20 y 21 de enero para actuar contra la pérdida de la biodiversidad. Dicho evento terminará con un desfile «ecochic», con diseños de moda que no emplean procesos de producción dañinos para el medio ambiente ni afectan las especies salvajes.
Cerca de 50 prendas han sido donadas por diseñadores como Diane von Furstenberg, Manish Arora, Bora Aksu y Thakoon. Además, marcas como Edun, Noir, Ciel y Kumwana Gomani contribuirán con prendas y accesorios para la iniciativa de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Lo que hace único a cada ser
Pero más que la moda, lo que está en juego es la convivencia del Hombre con la naturaleza porque biodiversidad es variedad de plantas, animales y microorganismos existentes. Hasta la fecha, se han identificado unos 1,75 millones de especies, en su mayor parte criaturas pequeñas. Los científicos reconocen que, en realidad, hay cerca de 13 millones de especies, si bien las estimaciones varían entre 3 y 100 millones.
La diversidad biológica incluye igualmente las diferencias genéticas dentro de cada especie, como las que hay entre cultivos y razas de ganado. Los cromosomas, los genes y el ADN, o sea los componentes de la vida, determinan la singularidad de cada individuo y especie.
Otro aspecto es la variedad de ecosistemas, como desiertos, bosques, humedales, montañas, lagos, ríos y paisajes agrícolas. En cada ecosistema, los seres vivos, seres humanos incluidos, conviven e influyen en el aire, el agua y los suelos.
La ternura como instrumento para llamar la atención
La disminución del número de animales tan carismáticos como pandas, tigres, elefantes, ballenas y aves ha atraído la atención hacia el problema de especies en peligro de extinción. Hay algunas especies que desaparecen a un ritmo entre 50 y 100 veces superior al natural y la tendencia es a acelerarse. Unas 34,000 plantas y 5,200 especies animales, incluyendo a una de cada ocho especies de aves del mundo, están en peligro de extinción.
No sólo en el Trópico ha habido y hay especies en vía de extinción, también en países como Alemania han desparecido razas completas de vacunos como el cuernirojo alto. Importantes especies de abejas, por ejemplo, sufre desde hace años la inclemencia de la extensa industrialización. «Y aunque la abeja misma no parezca tener mucho valor, insectos como ella son los encargadas de polinizar el 80% de las plantas utilizadas para la alimentación de los europeos», dijo Ton Jörn Ehlers, vocero de World Wide Found for Nature, a Deutsche Welle.
Sin manglares ni corales no habría muchas especies de peces
Pero talvez la amenaza más grave a la diversidad biológica es la fragmentación, degradación y pérdida de bosques, humedales y arrecifes coralinos. El 45% de los bosques ha desaparecido. Aproximadamente el 10% de los arrecifes de coral han sido destruidos y una 1/3 parte podría desaparecer en 10 a 20 años. Es más: la mitad de los manglares ya ha desaparecido.
Cabe preguntarse si se pueden salvar los ecosistemas que aún quedan y, con ellos, las especies que apreciamos y otros millones de especies que, en algunos casos, pueden producir los alimentos y los medicamentos del mañana.
Autor: José Ospina-Valencia /dpa/onu