De esta manera, se da cumplimiento al mandato legal de uso de biocombustibles establecido por Ley de la Nación N º 26093.
Se trata de una norma que se encuadra dentro del compromiso asumido por Argentina para contribuir a la mitigación de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
El anuncio se formuló en acto que se llevó a cabo en el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, del que participó el ministro Julio De Vido
En este sentido, la incorporación de biocombustibles, además de reducir el CO2 derivado de la combustión de combustibles minerales, reduce en forma importante las emisiones de otros gases contaminantes, como azufre y material particulado.
En el caso específico del biodiésel de soja argentino, por la eficiencia relativa de toda la cadena de valor, la reducción del ciclo de carbono es más de un 75 %.
Es que debe considerarse que la mayor parte del poroto de soja se produce en praderas naturales, mediante la utilización del sistema de siembra directa y con un alto nivel de mecanización, con cortas distancias promedio de transporte hasta las plantas de molienda y tecnología de última generación en la etapa de industrialización.
Hay que destacar que el biodiésel es funcional a los motores diésel de tecnología actual, no requiriendo ningún cambio para su correcto funcionamiento y por tal motivo, su utilización está homologada por los fabricantes de automotores.
Por otra parte, con la introducción de biodiésel se sustituirán importaciones de gasoil, privilegiando a las economías regionales y a las pymes productoras -que recibieron como cupo fiscal de parte del Gobierno, el 100% de su capacidad instalada, garantizando así su plena ocupación- y por ende, el trabajo de los argentinos.
Con esta medida, además, se revaloriza la inversión realizada en la industria, de más de 700 millones de dólares.
En el presente año, la industria argentina tendrá una demanda de más de 800.000 toneladas de biodiésel por parte de las compañías petroleras.
Un hecho trascendente de esta medida gubernamental conocida esta semana es la diversificación de la matriz energética, a partir de la incorporación de energía renovable, en un marco en el cual el gas natural y el petróleo componen casi el 90 %, fortaleciendo de esta manera estratégicamente a la Argentina.
En los últimos años, el país se ha convertido en un jugador clave, que supo responder a la demanda mundial de biodiésel.
Es un desafío, para quienes participamos en este sector de los biocombustibles, hacer sostenible este desarrollo en el largo plazo, con el objetivo de consolidar el mercado en nuestro país y en el mundo.
Nota de la Redacción : El autor es presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio).