Un equipo de Guardaparques e integrantes del departamento de Educación Ambiental dependiente del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la provincia, rescataron en la zona del Acceso Oeste de Posadas a un ejemplar de yarará crucera (Bothrops alternates)
El personal llegó al lugar tras recibir el aviso por parte de la policía, que anteriormente fueron alertados de la presencia del ofidio por vecinos y personas que circulaban por el lugar.
El ejemplar llego a medir casi 2 metros de largo y es comúnmente conocida como víbora de la cruz, yarará crucera o yarará grande.
Según los especialistas que observaron al animal, se trata de una hembra que al momento de ser capturada se conoció que se encontraba preñada.
Luego de ser capturado el ofidio fue trasladado fuera de las zonas urbanas, a un área apta para su supervivencia, con el fin de preservar la especie.
Grande y gruesa, esta especie ha sido reportada excediendo 2 m de longitud, aunque otros registros verifican un máximo de 170 cm. El largo promedio es de 80-120 [cm] con las hembras significativamente más largas y más pesadas.
A cada lado de la cabeza tiene una foseta loreal ubicada entre el ojo y el hocico, que sirve para detectar presas que emiten radiación infrarroja. La foseta loreal es una característica compartida con las demás víboras de foseta.
Características:
Principalmente esta serpiente, se caracteriza por su poderoso veneno, que la hace la víbora más temida en todo el territorio Argentino.
Como todas las víboras la estructura de su espinazo y sus vertebras que se encuentran libes le permite dos tipos de movimientos, de modo que este reptil puede contornearse o trasladarse de un modo rectilíneo, la yarará además de estos dos movimientos comunes a todas las serpientes tiene un tercero: el sinuoso lateral. Todo esto también esta facilitado por las placas ventrales que posee, lo cual sumado a las irregularidades de los terrenos donde se mueve, permite un excelente movimiento.
No tiene agudizado el sentido de la vista ni del oído sino más bien que es un reptil sensorial, ya que percibe las vibraciones de la tierra en donde se esté moviendo, además de su lengua que también le transmite información de su entorno.
Este reptil por lo general, tiene hábitos crepusculares y noctámbulos, ya que empieza a salir de caza cuando el sol va cayendo, debido a que es el momento en el que sus presas también salen.
Otra de sus características es ser poiquiloterma, lo que significa que es un reptil de temperatura variable, que está supeditada al ambiente donde se encuentre, sin embargo evita siempre el contacto con el sol.
En época de invierno, cuando las temperaturas son muy bajas, al igual que otros animales, hiberna, reduciendo su actividad a lo menor posible para no gastar energía y así afrontar la temporada invernal.
Su cuerpo es grueso, con escamas y la cola es corta, puede llegar a medir hasta un metro y medio, sin embargo las hay de dos tipos: la Yarará Grande y la Yarará Chica.
Tiene en su boca dos dientes superiores que son como agujas comúnmente llamadas hipodérmicas ya que es por allí por donde sale el veneno que pasa a la presa o al hombre al morder. La característica de estos dientes es que al cerrar la boca se mantienen como plegados sobre el paladar de este reptil. Luego para abrirlo se extienden con una suerte de palanca para morder a la víctima y soltar todo su veneno que es obviamente mortal.