Otros habitantes aseguran haber trabajado para contratista de la empresa chilena en los desmontes. La hermana Luisa Maciel es integrante de la congregación Vicentina de Tobuna, una iglesia que se instaló en Tobuna hace más de 36 años. Por estos días, desde el trágico tornado del 7 de septiembre, la sede de esta congregación — que sobrevivió milagrosamente al desastre — funciona como un centro de distribución de la asistencia social que llega a la zona. «Vivo aquí hace 3 años. En los primeros dos años, vi con mis propios ojos como Alto Paraná S.A sacaba del paraje Polvorín y Tobuna 30 camiones de árboles talados por hora durante todo el día. Así que pueden imaginarse que no habrá quedado mucho monte. Esta zona que era selva se volvió monocultivo de pino. Alto Paraná se llevó todo el monte de esta zona» afirmó la hermana Luisa. El relato de la religiosa coincide con el de varios pobladores que también aseguran que el paisaje en Tobuna, Polvorín y Santa Rosa se modificó diametralmente en los últimos años a raíz de los tremendos desmontes en la zona, aparentemente sin el conttrol debido por parte de las autoridades, aunque en los próximos días se aguarda un informe del Ministerio de Ecología de
Lo que hizo Alto Paraná en esta zona es evidente y sólo hay que venir a verlo. Después habrá que determinar si esto influyó o no con la tragedia, pero creo que de por sí es un problema lo que ya hicieron y no tiene remedio ya» sintetizó la hermana Luisa. Por su parte, el habitante del Paraje Alegría, Mario Sambaia, contó que él junto a otros lugareños trabajaron en los desmontes para Alto Paraná hace ya más de dos años. «Uh…acá era todito monte, pero se perdió todo porque los chilenos mandaron a desmontar para llevar madera y para plantar pino. Yo fui uno de los que travajé, pero trabajábamos con las motosierras para la contratista y venían los camiones y se llevaban todo. Diría que no quedo nada, quedó todo pelado» expresó Sambaia.
Por su parte, la médica del Puesto de Salud de Tobuna, la doctora Analía Bordón, indicó que «piensen que esto era monte cerrado, no había partes desmontadas hace pocos años. Llegaba la tarde y no se veía el sol de tantos árboles. Lo que hicieron la empresa forestal acá fue impresionante. Arrasaron con todo el monte. Yo no tengo dudas de que si el monte se hubiera conservado hoy no estaríamos hablando de 11 muertos y tanto desastre. Y no hay que echarle la culpa al colono que saca uno o dos árboles para hacer leña, todos lo que vivimos acá hace muchos años sabemos muy bien qué empresa destruyó todo el monte». Dora Lemes, quein vive hace más de 30 años en Santa Rosa, coincidió en que «en los últimos años, de acá se llevaron miles de árboles en camiones y sin que nadie hiciera nada. Todos los días a toda hora sacaban árboles a más no poder». La acción devastadora de Alto paraná Realmente supera todo límite imaginable. A la contaminación de aire y aguas en las localidades del norte a raíz de la papelera en Puerto Esperanza y la planta de MDF en Piray, se le suman los desmontes cada vez mayores y más dañinos para las poblaciones aledañas, la denuncia reciente del intendente de Puerto Libertad (Alfredo Rodríguez) ante la imposibilidad de expansión de su comuna — APSA posee el 85% de la superficie total del pueblo — y si algo faltaba, ahora salta a la luz la responsabilidad de la empresa en la deforestación en la zona de Tobuna, Polvorín y demás parajes afectados por una tragedia que costó 11 muertos.
Fuente: La voz de Cataratas Por Sergio Alvez