La cifra se desprende de una encuesta de investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) que publica la revista Tobacco control.
En su mayoría son jóvenes o personas que han intentado dejar de fumar recientemente. La cifra es relativamente baja si se compara con los 125 millones de fumadores que hay en la UE (aproximadamente el 25% de los 500 millones de habitantes de la Unión, según Eurostat), pero indica el auge que han alcanzado estos productos en pocos años. Entre los usuarios, están un 20,3% de los fumadores, un 4,4% de exfumadores y un 1,1% de personas que nunca habían fumado.
El debate sobre la seguridad de estos dispositivos está vivo en el ámbito científico. Hay quienes creen que, si son menos perjudiciales que el tabaco, podrían considerarse como una política de reducción de daños. En cambio otros, como la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria(Semfyc), afirma que, como también son peligrosos, deben regularse igual que el tabaco y, en una encuesta realizada a personas que iban a los ambulatorios, obtuvieron que el 87% está a favor de que haya una legislación para su control, que un 90% está de acuerdo en prohibir su consumo en los espacios públicos cerrados, incluidos bares y restaurantes, al desconocerse los efectos que tienen sobre las personas, y que una mayoría también apuesta porque se limite su publicidad.
Al margen de este debate, la revista da otro dato sobre el auge de estos productos: que en los últimos dos años han aparecido en Internet 10 marcas y 240 sabores de cigarrillos electrónicos al mes.