A través de un trabajo articulado entre el Ministerio del Agro y la Producción, INTA y el CFI, este lunes comenzaron las acciones para el estudio de cartografía de suelos en el Departamento Guaraní. Su realización demandará un trabajo de 24 meses e involucra a 30 profesionales. Hasta el momento, Leandro N. Alem es el único departamento de la provincia que cuenta con un estudio de estas características. Se trata de una herramienta fundamental para la planificación de la producción agroalimentaria y la toma de decisiones en torno al recurso suelo.
El inicio de las acciones correspondientes a la elaboración de la carta de suelos tuvo como punto de encuentro la Reserva de Usos Múltiples Guaraní (RUMG), perteneciente a la Universidad Nacional de Misiones. Al respecto, el geólogo Lucas Moretti, coordinador del proyecto en ejecución por parte de INTA, explicó que “un mapa de suelos brinda información acerca del tipo, propiedades y distribución geográfica de los suelos en un área determinada, siendo una herramienta imprescindible para la planificación y la toma de decisiones referidas al uso y manejo sustentable del recurso”.
En este sentido, el especialista detalló que ssegún su objetivo, los mapas de suelo pueden ser elaborados a diferentes escalas: el formato “Carta de suelo” refiere a una escala de semidetalle (1:50.000), y es utilizado como herramienta para la planificación del uso de las tierras a nivel de cuenca y/o región.
Cabe destacar que hasta el momento, sólo un departamento de la provincia de Misiones (Leandro N. Alem) cuenta con cartografía de suelos a escala semidetallada. A partir de esta situación, el Gobierno de la Provincia de Misiones, a través del Ministerio del Agro y la Producción, y el INTA, presentaron ante el CFI un proyecto, cuyo objetivo es generar una cartografía de suelos actualizada, precisa y a una escala compatible para la toma de decisiones. Para tal fin se propuso como área de estudio -y como punto de partida de un futuro relevamiento sistemático en la provincia- al departamento Guaraní, con 325.000 hectáreas, debido a que presenta tanto diversidad de suelos como de usos agrícolas, con importantes áreas de reservas.
A su vez, en la ejecución del proyecto intervienen veintiséis profesionales y técnicos especialistas de la Red de Cartografía y Evaluación de Tierras de INTA pertenecientes a diferentes unidades del país (EEA Cerro Azul, EEA Montecarlo, EEA Corrientes, EEA Manfredi e Instituto de Suelos de Castelar) y dos profesionales y dos técnicos por el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones.
Acciones que involucra la carta de suelos
En una primera etapa, el equipo conformado trabajará en gabinete en la recopilación de antecedentes y en la elaboración de mapas de paisaje. Los mismos comprenden, principalmente a mapas geomorfológicos, realizados sobre la base de imágenes satelitales, el modelo digital de elevación y otras capas de información (clima, vegetación, etc.).
Luego, se llevará a cabo el relevamiento de suelos en el campo a partir de pozos de observación y calicatas, donde se identificarán, describirán y muestrearán los perfiles de suelo representativos de cada unidad geomorfológica. Todas las muestras serán analizadas en el Laboratorio de la EEA INTA Cerro Azul.
Finalmente, el análisis conjunto de datos obtenidos en gabinete, campo y laboratorio, permitirá elaborar el mapa de suelos. Dicha herramienta incluirá la clasificación taxonómica y distribución geográfica de los perfiles representativos, además de establecer sus potencialidades, limitantes y su capacidad productiva.
Un aporte clave para el sector productivo
Guillermo Reutemann, titular del Instituto Misionero del Suelo y coordinador del proyecto por la cartera agraria provincial, señaló que “los principales destinatarios de los mapas de suelo, además de los organismos e instituciones estatales, serán los productores agropecuarios, los profesionales y técnicos extensionistas”. Además, su conformación permitirá sentar las bases para promover a) el ordenamiento territorial; b) la definición de políticas agropecuarias, crediticias, impositivas y de colonización; c) la determinación áreas afectadas por erosión, drenaje deficiente, zonas de restauración, etc.; y, d) la investigación y experimentación agropecuaria, principalmente.