Los principales abonos verdes de invierno son:
Avena negra (Avena strigosa): Es una planta rústica, poco exigente a la fertilidad del suelo. Resiste la sequía. No tolera suelos encharcados. Presenta desarrollo inicial rápido, produce una elevada cantidad de materia verde. Se puede cultivar sola o asociada con acevén, vicia, centeno y lupino. Las bajas temperaturas favorecen su crecimiento inicial (
Densidad de siembra: Se necesita
Acevén (Lollium multiflorum): Es una gramínea rústica y agresiva, con buena capacidad de macollaje. Requiere niveles medios de fertilidad. Es resiste a heladas. No tolera suelos encharcados. Es una planta forrajera de buena calidad que se puede cultivar asociados con avena negra, centeno y vicia. Presenta crecimiento inicial un poco más lento que la avena negra. Puede sembrase de marzo a mayo al voleo o en hileras. Su ciclo de vida se completa en 210 días.
Densidad de siembra: Para emplearla como abono verde, se necesita de
Nabo forrajero (Raphanus sativus var. oleifera): Tiene buena capacidad de reciclar nitrógeno y fósforo desde la profundidad. Sus raíces profundas rompen pie de arado. Resiste sequías y heladas tardías. Tiene pocos problemas de plagas. Puede usarse para la alimentación animal. La siembra se realiza de marzo a mayo. Su ciclo completo oscila entre
Densidad de siembra: Para utilizarla como abono verde se necesita de
Vicia peluda (Vicia villosa): Es más rústica que la vicia común. Resistente al frío. Se adapta a suelos arcillosos y es resiste a suelos ácidos. Soporta sequía prolongada. No tolera suelos encharcados. La siembra se realiza de marzo a mayo al voleo o en líneas. El ciclo completo tiene entre 200 y 240 días.
Densidad de siembra: Se requiere
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Fuente INTA