El negocio de los propietarios de inmuebles, que venden a precios elevados, o de los que arriendan sus casas también a valores altos, es un problema social para los habitantes locales que no puede pagar y exigen soluciones a las autoridades.
El proceso de suba de precios de inmuebles tiende a corregirse a la baja luego de un tiempo, pero siempre quedan bastante por encima –en algunos casos al doble– de los valores previos a la instalación de grandes emprendimientos industriales.
Ese proceso inmobiliario se observa en lugares como Conchillas, donde operará la planta de celulosa de Montes del Plata; en Nueva Palmira por la expansión explosiva del puerto local, que moviliza a unos 400 camiones por día; Carmelo por factores turísticos y Rivera con una demanda que aumentó por empresas forestales y por la diferencia cambiaria con Brasil.
Lo mismo ocurrió en Tacuarembó con la consolidación de la americana Weyerhaeuser y las empresas satélites, y en Rocha donde el puerto de aguas profundas genera especulaciones.
El experto inmobiliario Julio Villamide comentó a El Observador que “siempre con la llegada de un gran proyecto industrial se genera un boom inmobiliario que eleva las expectativas del mercado, que con el tiempo, corrige a la baja”.
Pasó con Botnia (UPM) en Fray Bentos –explicó– donde los alquileres se dispararon a precios inimaginables, y obligó a mucha de la población local a emigrar. Gente de la empresa ocupó lugares en ciudades cercanas como Mercedes o el balneario Las Cañas donde las viviendas de temporada pasaron a ser ocupadas todo el año.
Tras ese impacto inicial, los precios bajaron en Fray Bentos y alrededores pero ya no a los niveles pre-Botnia.
Gabriel Conde, presidente de
Con Conchillas y Nueva Palmira ocurre un fenómeno parecido al vivido en Río Negro, y lo que para algunos es un gran negocio para otros es un drama social. Familias que pagaban $ 4.000 por un alquiler de una casa mediana no tuvieron chance de renovar el contrato ante una fila de inquilinos que ofrecía $ 15.000 por la misma propiedad.
Villamide explicó que en una asesoría que hizo para la zona del puerto inglés, en Conchillas, ya se percibía, antes de los anuncios de instalación de la española Ence, que los arrendatarios de esa zona no iban a poder seguir pagando los alquileres que, hasta ese momento, eran muy modestos.
En general, ocurrió que los emprendimientos forestales o industriales como UPM o Montes del Plata buscan soluciones habitacionales para su personal de planta y jerárquico, no así para los obreros que por miles llegan al lugar en la etapa de construcción elevando la demanda de casas para vivir.
Esos proyectos luego de estar operativos movilizan a cientos de proveedores y profesionales que con su llegada a las zonas periféricas de las plantas también presionan al alza los precios del mercado inmobiliario.
En Carmelo (Colonia), también se da una marcada suba de las propiedades aunque en ese caso es por un factor turístico.
Fuente: Observa