El director de la entidad, Gonzalo Casaravilla, explicó a medios de prensa uruguayos que también tienen muchas expectativas ante la concreción de un acuerdo entre Argentina y Paraguay, para que este último país exporte excedentes energéticos a naciones de la región, y dentro de ellas Uruguay recibiría beneficios.
UTE trabaja en proyectos para ampliar la producción de electricidad, mediante la biomasa como combustible y la energía eólica. Algunos de estos planes están hoy en distintas fases ya que en el norteño departamento de Tacuarembó se encuentra en etapa de pruebas una planta con derivados de la industria forestal.
En la región de Treinta y Tres, al este, funciona una unidad con derivados de la cáscara de arroz mientras se realizan ajustes en otra planta ubicada en Artigas (norte), la cual quemará el bagazo de la caña de azúcar.
La empresa prevé que para el próximo quinquenio hasta el 2015 se incorporarán 300 megavatios de energía eólica mediante molinos de viento y se llegará a 200 megavatios a partir de la biomasa.
La vertiente eólica dispone en la actualidad de un parque en Sierra de los Caracoles en el departamento de Maldonado, a
Uruguay tiene un 99 por ciento de electrificación y la entidad pública persigue llevar la energía eléctrica a todo el territorio, y para ello no descarta el empleo del petróleo.
En tal sentido incorporó a la capitalina Central Batlle nuevos motores de fabricación finlandesa con una significativa mejoría en la eficiencia y en la reducción de emisiones de azufre y el aporte de 80 megavatios.
UTE cuenta 1,2 millón de clientes y para satisfacer la demanda complementa su producción con la energía procedente de la central Hidroeléctrica de Salto Grande -binacional con Argentina- y energía importada de la vecina rioplatense y Brasil.