Mencionemos el caso de Carl Alberecht Bartmer. Este señor, además de ser uno de los mayores productores de Alemania, es presidente de la poderosa DLG (Sociedad Alemana de Agricultura), que agrupa a un amplio abanico de los actores del agro alemán, desde los productores hasta los industriales y es, entre otras cosas, la organizadora de esta muestra, quizá la más grande del mundo, que concluye hoy en el predio ferial de esta ciudad.
Bartmer, de forma bastante inusual, participó en la conferencia de prensa sobre las oportunidades que brinda la siembra directa, que organizaron el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA),
No bien terminaron las presentaciones, Bartmer corrió a hablar con Gastón Fernández Palma, presidente de Aapresid, para arreglar una futura gira de su hijo por campos que se trabajan en directa. Buen comienzo.
La solución propuesta por el paquete tecnológico de la siembra directa al problema de tener que aumentar en forma económica la productividad sin destruir los suelos y mejorando la eficiencia en el uso del agua parece hecho a medida de la mentalidad europea. Claro, aquí las condiciones ambientales, comenzando porque nieva, son muy distintas a las imperantes en
En el World Soil and Water Show demostraron cómo evolucionan los suelos y la disponibilidad de agua en distintas regiones del planeta. Los expertos de
Por su parte, Cristiano Cassini y Mario Bragachini, técnicos del INTA se cansaron de explicar a los interesados de distintas partes del mundo que cuando se adquiere una sembradora argentina en directa se obtiene también todo un paquete tecnológico en el que se debe tener en cuenta el balance nutricional, las rotaciones y un manejo responsable.
The New Agriculture, la nueva agricultura era el slogan con que se promocionaba el stand que compartieron los 35 fabricantes que se animaron a venir y que tuvieron un fuerte apoyo de los gobiernos provinciales de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Pero el objetivo de ganar un lugar significativo en los mercados de la maquinaria agrícola no es una tarea fácil si se tiene en cuenta que, a pesar de ser un año de vacas flacas, 2300 empresas provenientes de 46 países vinieron a exponer sus productos y novedades.
Más allá de las dificultades propias de la competencia y de alcanzar los altos niveles de calidad internacional requerida, en muchos casos todavía hay una tarea pendiente: la preocupación predominante entre los fabricantes de maquinaria agrícola eran los handicaps de ventaja que entregaba el país debido a la incertidumbre económica que complican cualquier plan o contrato a largo plazo.
¿No deberíamos comenzar a exportar en serio vendiendo aunque sea alguna tuerca a Brasil? ¿Cómo negocian nuestros políticos? Eran algunos de los interrogantes que se sumaban en los debates en el stand.
Como «diez Palermos»
Es difícil dar una idea de las dimensiones de esta exposición. Para los ojos argentinos se la puede comparar contra diez Palermos, por lo menos. Lo cierto es que se necesitan varios días para ver apenas algo de lo mucho que guardan los 27 pabellones cubiertos del predio de Hannover.
Agritechnica basa su atractivo en ser la puerta de entrada a los mercados del Este europeo. La gran y rica llanura que comparten los rusos, polacos y ucranianos entre otros muchos sigue demandando tecnología aunque la última crisis financiera fue inclemente con ellos y todavía les sigue doliendo.
«Hoy acudimos a Hannover en un contexto de dificultades para la economía después de haber sido mimados por unas cifras de crecimiento récord durante los ultimos años», afirmaba Bernd Scherer, director de la muestra, al recordar que en 2008 el salto del volumen de ventas fue del 24% y alcanzó los 7500 millones de euros después de crecer ininterrumpidamente durante cinco años.
Parece que en materia de maquinaria agrícola todo lo que se ganó en 2008 se perderá en partes iguales en 2009. Se prevé un retroceso de las ventas del 25 por ciento. Una de las principales causas se encuentra en la precaria situación financiera de los mercados de Europa del Este.
Los biocombustibles, el biogás y la energía eólica, entre otras formas de energía alternativa, fueron protagonistas de esta exposición. En las ediciones anteriores eran apenas un puñado de pequeños stand. Esta vez completaron dos pabellones con todas las herramientas, proyectos e innovaciones que se encuentran disponibles.
También se pudo observar el acento puesto en la electrónica y la automatización. Si bien no es un fenómeno nuevo, llama la atención la cantidad de instrumentos electrónicos que tiene hoy cualquiera de las máquinas expuestas con el fin de obtener información y automatizar tareas de regulación y control.
La siembra de precisión es la beneficiaria natural de muchos de los adelantos electrónicos que se presentaron en esta exposición. Por lo que no es difícil pronosticar otro salto cualitativo y cuantitativo de esta técnica.
A este paso parece más conveniente buscar los futuros operarios en un cibercafé, con amplio manejo de las computadoras y chiches electrónicos, que en un taller mecánico.
Otra de las tendencias observadas es el nivel de complementariedad en el uso de partes, como motores, transmisiones, cajas de velocidades, entre las fábricas que a simple vista compiten. Esto, además de bajar los costos, permite otorgar a los modelos fabricados una amplia versatilidad que se adapta a los diferentes mercados y condiciones en cualquier punto del planeta.
Agritechnica, que se realiza cada dos años, se ha transformado además en una verdadera bolsa mundial de las innovaciones de la maquinaria agrícola
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