El Programa de Renovación de Viejos Yerbales, más conocido como el 3×1, cuyo objetivo es revitalizar la producción en la zona yerbatera, cumplió su segundo año de trabajo y para definir acciones que permitan profundizarlo, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) convocaron a una reunión a colonos, técnicos y demás personas involucradas.
El encuentro se realizó en la sede de la Fundación Alberto Roth, en la localidad de Santo Pipo, el miércoles de la semana pasada, con la presencia de los directores del INYM, Enrique Kuszko, Jerónimo Lagier, Roberto Buser, Marcelo Stockar, y Nelson Dalcolmo; el ingeniero agrónomo Octavio Enrique Ingaramo, director Regional del INTA Misiones; René Dehle, director de la EEA de Monte Carlo del INTA; colonos yerbateros, profesionales técnicos de ambas instituciones y técnicos asesores de los grupos de productores del Ministerio del Agro y la Producción de Misiones.
“Este es un trabajo muy importante que se está realizando con los productores de distintos municipios. El INYM está dando una herramientas que le permite hacer un cambio, el desafío de tener un mayor rinde por cosecha en menor superficie”, valoró Enrique Kuszko.
El Programa de Renovación de Viejos Yerbales “es más que atractivo para el productor, porque le da todo, el productor solamente pone el trabajo para la plantación y luego hay que hacer el seguimiento, e incluso se le asigna un técnico para que lo asesore. El programa es completo, y tiene mucho futuro”, sostuvo el ingniero Javier Potschka, técnico asignado por el INYM y el Programa Cambio Rural del INTA, para asesorar en la recuperación de yerbales en los municipios de Hipólito Irigoyen y General Urquiza, donde un grupo de productores aceptaron el reto de producir con técnicas innovadoras.
El grupo de productores que coordina Javier Potschka comenzó a trabajar en el 2012. “Se hizo media hectárea el primer año y este año se continúo con la otra media hectárea. Cerca del 95 por ciento de los plantines prendieron, y hemos recibido a otros productores que quieren incorporarse, formar parte de la iniciativa”, explicó.
El ingeniero agrónomo Hugo Sand es técnico del grupo Yerbal Viejo, que reúne a producores de Alvear, Oberá, Los helechos y Cerro Azul. “Son 10 productores que tienen yerbales sumamente antiguos, con más de 80 años, y que no superan más de los 2.900 kilos de rinde por hectárea por año.
El primer año hemos plantado media hectárea y en este invierno hemos plantado la segunda media hectárea con yerba policlonal , o sea que hemos cumplido ya con los requisitos del programa 3 por 1”, dijo. “Ahora estamos definiendo qué plantar en las demás hectáreas, y una de las opciones es producir frutales para que el productor, su familia, sus obreros tengan todos los días del año una fruta”, agregó.
Preguntamos a Hugo Sand cómo fue el comportamiento de las nuevas plantas en suelos tan antiguos. “Podemos decir que muy bien, son de material genético muy bueno, también fueron plantas rústicas; los insumos siempre llegaron en tiempo y en forma, y hubo un gran compromiso en la preparación previa del suelo, a los efectos de poder acumular agua, para que el agua de lluvia pueda penetrar y después que eso sea un banco que suministre agua y nutrientes. Asi que creo que se ha logrado exitosamente este Programa”, manifestó.
“Hemos visto yerbales que en gran parte fueron abandonados, fueron forestados con pino, y plantado, por ejemplo, pasto elefante.. el colono transformó ese lugar en potrero, y hoy nos encontramos que se ha retirado ese animal porque la yerba tiene un valor relativamente interesante… Otro gravísimo problema que vemos son los caminos, hemos comprobado que el 50 por ciento del agua y suelo que se pierde con la erosión es a través de los caminos. Con esto te quiero dar una idea de que siempre hay problemas a solucionar…”, dijo Sand.
El Programa de Renovación de Viejos Yerbales está destinado a productores de hasta 10 hectáreas de superficie cultivada en estado de degradación, y cuyos recursos financieros provengan exclusivamente de lo generado en su chacra. Consiste en plantar una nueva hectárea de yerba mate de origen policlonal con la mejor tecnología existente. en un remanente de suelo de buena calidad, con insumos y asistencia que provee sin cargo (y con asesoramiento tecnico) el INYM, con el asesoramiento técnico del INTA y redireccionando tres hectáreas improductivas de yerba mate, al cabo de cinco años de iniciado el proceso, por otra actividad agrícola, ganadera o forestal, adecuada a las condiciones del suelo.
Las experiencia se inició en el año 2012 en 50 hectáreas distribuidas entre 50 productores y continuó este año con 20 nuevos productores, completando cada uno de los colonos una hectárea con nuevas plantas de yerba mate de origen policlonal. Tendrá una duración inicial de 5 años, en cuyo transcurso el área técnica y está prevista la incorporación limitada de más productores ubicados en nuevas áreas de la zona yerbatera.
Sobre la continuidad del programa, el director del INYM, Enrique Kuszko, enfatizó que “es importante el acompañamiento al productor que necesita un recambio a los viejos yerbales y lo que es suelos, creo que es prioridad número uno, porque si el productor no es eficiente prácticamente le estamos sacando del circuito y la Ley del INYM habla de la sustentabilidad del productor… y para eso están los programas que tenemos en marcha”.