Se trata de Eleusine indica, conocida como “pata de gallina”. Surgió de un lote de soja en Tucumán que hacía repetidos controles con estos activos.
La problemática nacional de malezas sumó, recientemente, un nuevo ejemplar con resistencia a herbicidas. Con esto, los datos muestran que se alcanzan los 27 biotipos resistentes de 17 especies.
Este último caso es Eluesine indica, conocida vulgarmente como “pata de gallina”, una especie muy común en los cultivos de verano, de la cual en la provincia de Tucumán confirmaron la detección de un biotipo que resiste la aplicación de los graminicidas post-emergentes de la familia ACCasa, los denominados FOP y DIM, que tiene entre los nombres químicos más empleados al haloxifop y cletodim.
La Sección Manejo de Malezas Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, en esa provincia del noroeste argentino, llevó a cabo la investigación que concluyó en la determinación de la resistencia. Entre los denunciantes, Luciano Devani, Pablo Vargas, Sebastián Sabaté, Humberto Vinciguerra, también está Ignacio Olea, quien dialogó con Clarín Rural para aportar detalles de este hallazgo.
“La determinación de Eluesine indica resistente a FOP y DIM permite suponer que nos estamos encaminando hacia la generalización de un problema mayor que no solo implica la resistencia al glifosato de las malezas gramíneas anuales y el sorgo de Alepo. Hay que tener en cuenta que los graminicidas son un herramienta de control selectivo en soja y otros cultivos de especies latifoliadas”, advierte el especialista.
Este biotipo resistente, continúa Olea, surgió de un campo que siembra soja no genéticamente modificada (OGM), bajo un contrato de entrega, y venía controlando repetidamente con los postemergentes FOP y DIM.
Según estima el experto, este nuevo problema está delimitado dentro de un radio de cinco kilómetros, centrado en la localidad tucumana de Piedrabuena, donde se encontró al resistente, pero es en un área donde también existen biotipos de pata de gallina resistente a glifosato.
Así, Olea sugiere que, “es posible que a no muy largo plazo encontremos biotipos resistentes a estos dos modos de acción, al igual que para las otras especies de gramíneas que hoy tienen resistencia múltiple”.
De acuerdo a la problemática regional que está evaluando el experto, él saca conclusiones más abarcativas y de mediano plazo.
“Además del uso repetido y generalizado de los herbicidas FOP y DIM, lo mismo está sucediendo con otros graminicidas postemergentes, como los de la familia de los PPO, los cuales se emplean para el control de los yuyos colorados resistentes a glifosato. De esta forma, el control reiterado de estos activos lleva a pensar sobre la futura aparición de biotipos de Eleusine y Amaranthus resistentes a herbicidas como, fomesafen, sulfentrazone o flumioxazin”, anticipa Olea.
Asimismo, continúa ampliando su análisis y dice que después de las resistencias a los ACCasa y la posibilidad de que esto también se produzca con los PPO, no hay nada que los reemplace con idéntica eficiencia y selectividad a estas familias para el control post-emergente. Entonces, se lamenta y cierra, “este posible problema será un gran inconveniente para otros cultivos de nuestra región como el poroto, el cual perderá sus principales herramientas químicas de manejo”.
Por su parte, una de las conclusiones del trabajo presentado por Sección Manejo de Malezas de la estación experimental sostiene que sería conveniente evitar la diseminación de este biotipo y elegir otra estrategia de control, como la posibilidad de hacerlo manualmente. Sin embargo, el experto relata lo que sucede al respecto.
“La extracción manual de malezas resistentes muchas veces es difícil de conseguirlo porque faltan operarios para ‘machetear’ a las plantas”, concluye Olea.
Fuente: Clarin