Quizás la iniciativa no llegue a cambiar, de buenas a primeras, la situación de los tres millones de niños argentinos que pasan hambre, pero es un granito de arena. Y los cambios globales -no hay duda- se consiguen con la suma de los pequeños aportes. Así puede entenderse la investigación que está llevando adelante un grupo de expertos de
Al igual que sucede con las verduras y hortalizas, se llega a perder hasta un 20% de estos alimentos sólo en su paso por el mercado central, es decir, sin tener en cuenta lo que
se deshecha después, cuando se las consume en el hogar.
La idea es elaborar jugos y néctares con lo que normalmente se (mal) acostumbra a descartar de estos alimentos tan ricos y nutritivos.
En busca de opciones
Concentrado principalmente en los duraznos y cítricos de la provincia de Santa Fe, un grupo de investigación de
La idea del equipo, liderado por el doctor Daniel Alsina, es generar un desarrollo tecnológico en el sector, tanto en la producción como en el uso alternativo de la fruta que no es apta para el mercado en fresco. La propuesta que tienen es usar el descarte de frutas para elaborar jugos y néctares, con una tecnología adecuada, para obtener así un producto alimenticio de buena calidad, fácil de conservar, y que sirve no solamente como bebida, sino también en otras elaboraciones comerciales. Por otro lado, piensan evaluar la posibilidad de agregarle complementos que potencien nutricionalmente al producto, como podría ser el suero de leche (ver “La idea del suero”).
“Estuvimos analizando la composición fisicoquímica de las frutas para ver sus propiedades nutricionales. Queremos cambiar la idea de que lo que no es “en fresco” no sirve para nada. Es más, podríamos decir que lo que se descarta de la fruta puede ser muy útil para la elaboración de jugos, cremogenados, néctares, compotas, es decir, productos para distintas variedades alimenticias”, señaló Alsina.
Según explicó el investigador, el hecho de aprovechar los descartes de las frutas posibilitaría también que los alimentos producidos tengan un valor económico menor en el mercado final.
“En Europa hacer vinagre de higo es algo común, o generar productos secos con nueces como símiles de turrón, también. Sólo hay que buscar alternativas”, ejemplificó.
La idea del suero
Al hablar de la posibilidad de incorporar complementos que aumenten el valor nutricional de lo que se produzca con el descarte de las frutas, Alsina mencionó al suero de la leche, del cual explicó que es un desecho proteico muy desaprovechado. “Vemos la posibilidad de incorporar distintas concentraciones de lactosuero para ver cuál es la más adecuada, con el fin de que aporte sus nutrientes”, señaló el investigador, que agregó que no conoce experiencias comerciales similares, al menos en la adición de sueros a los jugos. También destacó que su trabajo apunta a la calidad fisicoquímica, microbiológica, mineral, y a la aceptabilidad de los productos.
Tal como indicó Hoy en su edición del domingo 7 de junio, el trabajo con suero lácteo también forma parte de una iniciativa de
Cabe mencionar que este suero es una gran fuente de nutrientes. Contiene más del 25% de las proteínas de la leche, cerca del 8% de la materia grasa y el 95% de la lactosa. Por lo tanto, es importante incorporarlo como base de alimentos, con el fin adicional de no contaminar el medio ambiente y recuperar su valor monetario.
¿Y los vegetales?
Algo similar a lo que sucede con el desaprovechamiento de la fruta pasa con las verduras y hortalizas, de la que se pierden muchas partes. Además de ser muy ricos en nutrientes, la utilización de los llamados “descartes” supone un importante ahorro de alimentos. A continuación, algunos consejos que pueden tenerse en cuenta para hacer un uso óptimo de los vegetales.
1) Las hojas de la remolacha se pueden usar perfectamente, tal como se hace con las de la acelga.
2) El tallo de la acelga se puede hervir y conservar en aceite, pimienta y sal, para aprovecharlos luego como pickles o, incluso, para prepararlos con rebosador, como si fueran milanesas.
3) La papa se puede comer con cáscara, ya que tiene gran actividad antioxidante, y también aporta vitamina C.
4) Los restos de vegetales que no se coman pueden picarse y ser un menú extra para las mascotas. Ese mismo picadillo también funciona como abono verde para la tierra de jardines o macetas.
Fuente: Diario Hoy
Investigadores argentinos buscan aprovechar al máximo lo que normalmente se descarta de la producción de frutas, para elaborar jugos y compotas. Por ahora, estudian desarrollar una tecnología adecuada
Quizás la iniciativa no llegue a cambiar, de buenas a primeras, la situación de los tres millones de niños argentinos que pasan hambre, pero es un granito de arena. Y los cambios globales -no hay duda- se consiguen con la suma de los pequeños aportes. Así puede entenderse la investigación que está llevando adelante un grupo de expertos de
Al igual que sucede con las verduras y hortalizas, se llega a perder hasta un 20% de estos alimentos sólo en su paso por el mercado central, es decir, sin tener en cuenta lo que
se deshecha después, cuando se las consume en el hogar.
La idea es elaborar jugos y néctares con lo que normalmente se (mal) acostumbra a descartar de estos alimentos tan ricos y nutritivos.
En busca de opciones
Concentrado principalmente en los duraznos y cítricos de la provincia de Santa Fe, un grupo de investigación de
La idea del equipo, liderado por el doctor Daniel Alsina, es generar un desarrollo tecnológico en el sector, tanto en la producción como en el uso alternativo de la fruta que no es apta para el mercado en fresco. La propuesta que tienen es usar el descarte de frutas para elaborar jugos y néctares, con una tecnología adecuada, para obtener así un producto alimenticio de buena calidad, fácil de conservar, y que sirve no solamente como bebida, sino también en otras elaboraciones comerciales. Por otro lado, piensan evaluar la posibilidad de agregarle complementos que potencien nutricionalmente al producto, como podría ser el suero de leche (ver “La idea del suero”).
“Estuvimos analizando la composición fisicoquímica de las frutas para ver sus propiedades nutricionales. Queremos cambiar la idea de que lo que no es “en fresco” no sirve para nada. Es más, podríamos decir que lo que se descarta de la fruta puede ser muy útil para la elaboración de jugos, cremogenados, néctares, compotas, es decir, productos para distintas variedades alimenticias”, señaló Alsina.
Según explicó el investigador, el hecho de aprovechar los descartes de las frutas posibilitaría también que los alimentos producidos tengan un valor económico menor en el mercado final.
“En Europa hacer vinagre de higo es algo común, o generar productos secos con nueces como símiles de turrón, también. Sólo hay que buscar alternativas”, ejemplificó.
La idea del suero
Al hablar de la posibilidad de incorporar complementos que aumenten el valor nutricional de lo que se produzca con el descarte de las frutas, Alsina mencionó al suero de la leche, del cual explicó que es un desecho proteico muy desaprovechado. “Vemos la posibilidad de incorporar distintas concentraciones de lactosuero para ver cuál es la más adecuada, con el fin de que aporte sus nutrientes”, señaló el investigador, que agregó que no conoce experiencias comerciales similares, al menos en la adición de sueros a los jugos. También destacó que su trabajo apunta a la calidad fisicoquímica, microbiológica, mineral, y a la aceptabilidad de los productos.
Tal como indicó Hoy en su edición del domingo 7 de junio, el trabajo con suero lácteo también forma parte de una iniciativa de
Cabe mencionar que este suero es una gran fuente de nutrientes. Contiene más del 25% de las proteínas de la leche, cerca del 8% de la materia grasa y el 95% de la lactosa. Por lo tanto, es importante incorporarlo como base de alimentos, con el fin adicional de no contaminar el medio ambiente y recuperar su valor monetario.
¿Y los vegetales?
Algo similar a lo que sucede con el desaprovechamiento de la fruta pasa con las verduras y hortalizas, de la que se pierden muchas partes. Además de ser muy ricos en nutrientes, la utilización de los llamados “descartes” supone un importante ahorro de alimentos. A continuación, algunos consejos que pueden tenerse en cuenta para hacer un uso óptimo de los vegetales.
1) Las hojas de la remolacha se pueden usar perfectamente, tal como se hace con las de la acelga.
2) El tallo de la acelga se puede hervir y conservar en aceite, pimienta y sal, para aprovecharlos luego como pickles o, incluso, para prepararlos con rebosador, como si fueran milanesas.
3) La papa se puede comer con cáscara, ya que tiene gran actividad antioxidante, y también aporta vitamina C.
4) Los restos de vegetales que no se coman pueden picarse y ser un menú extra para las mascotas. Ese mismo picadillo también funciona como abono verde para la tierra de jardines o macetas.
Fuente: Diario Hoy