El presidente de
Incluso, el aumento de la demanda llevó a las empresas a apelar a estudiantes avanzados para cubrir sus requerimientos. «Cuando estudiaba y hasta hace relativamente pocos años, se decía que la agronomía era la profesión del futuro y ahora se puede decir sin temor a equivocarse que es la profesión del presente», dijo Zorrilla.
A su juicio, el país está haciendo, como pocas veces, una apuesta muy fuerte a las cadenas agroindustriales con énfasis en la eficiencia y en la calidad, donde los agrónomos tienen mucho para aportar. «Como profesión, lo que nos perjudica es un agro estancado y poco productivo, pero afortunadamente Uruguay tiene, en este momento, una enorme oportunidad de aprovechar este recurso y a la gente que tiene la capacidad para desarrollar esta fuerte apuesta al futuro», enfatizó el presidente de AIA.
DESIGUALDADES. Sin embargo, uno de los fenómenos que acompañó la expansión agrícola es el ingreso de profesionales del exterior, particularmente de Argentina. En ese sentido, Zorrilla estimó que, por ahora, esa entrada no está teniendo en cuanto a números, una envergadura tan grande que perjudique la ocupación de los profesionales uruguayos.
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Por otro lado, Zorrilla entiende que el otro punto clave es que, de hecho, se ha participado activamente por parte de los agrónomos uruguayos en todo lo que tiene que ver con conservación de suelos y la responsabilidad del profesional en este tema.
«Nos parece central que el papel del agrónomo, aparte de responder a la economía de la empresa que lo contrata, sea el de respaldar las buenas prácticas agrícolas en todos los rubros», afirmó Zorrilla. Este, a su entender, es un punto crucial para el futuro del Uruguay, porque asegurar las prácticas que se llevan adelante en un establecimiento, es asegurar que estas son ajustadas a la conservación del ambiente, a la defensa de la competitividad del país y de las condiciones para el común de la gente.
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«Es un tema que debe ser incluido en la agenda de discusión de la próxima legislatura, porque es clave para los profesionales de la calidad que Uruguay necesita para ser competitivo en un mundo cada vez más exigente», aseguró el presidente de AIA.
La necesidad de contar con una colegiación es una vieja demanda de varias profesiones que enfrentan el mismo problema. El ingreso de agrónomos argentinos es moneda común con el auge de la agricultura granaria.
Fuente: El paìs- Uruguay