Esta iniciativa surgió a partir de un análisis realizado durante el año 2008, por un grupo Interinstitucional formado por INTA, CETEPRO, APIMAP, CFI y el Mercado de Corrientes, para definir estrategias orientadas para al abastecimiento de este último y en cuya evaluación se detectaron productos que son factibles de producir en la provincia, que son muy competitivos y entre los cuales la producción local tiene baja o nula participación.
El programa se ejecuta a través del Mercado y comenzó el año pasado con excelentes resultados, alcanzando un rendimiento de 22.000 kg/ha. Para los involucrados en el proyecto fue una producción extraordinaria, si se tiene en cuenta que no es una zona tradicionalmente cebollera.
El grupo técnico que recorrió las chacras estuvo integrado por los ings. Alejandro Bresky y Mariela Pletsch y el becario Juan Samaniego integrado al programa.
A estas alturas de la temporada, muchas de las chacras ya han finalizado el transplante y otras lo están haciendo; la actividad fue demorada en principio por las altas temperaturas en el período de siembra y emergencia y el último período prolongado de clima nublado y húmedo y lluvias en el mes de mayo, que en algunas parcelas ocasionó problemas sanitarios en los almácigos y en los lotes transplantados, pero que aún puede solucionarse con tratamientos que fueron indicados por la ing. Pletsch.
Cabe señalar que en la campaña 2009 participaron 27 productores; hoy el proyecto involucra a más de 80 con chacras en Buena Vista, 9 de Julio, Colonia Carolina, Gobernador Martínez, Lavalle, San Roque, Bella Vista y Santa Lucía, donde se busca generar una cuenca cebollera, y a los que se suman productores del cinturón verde de la ciudad de Corrientes. En consecuencia, se incrementa también la superficie: de las 17 hectáreas planificadas en la primera experiencia, este año ascienden a casi 50.
Si el clima acompaña, se estaría saliendo al mercado con la cosecha a fines de septiembre, período en el que sólo ingresa al mercado cebolla proveniente de Santiago del Estero, de baja calidad. Esa escasez de oferta, gran demanda y la buena calidad alcanzada, impacta en mejores precios para el productor.