Este es el caso de la mandioca que, en el noreste argentino y abarcando cuatro provincias, se trabaja en casi 22 mil hectáreas. La región productora del NEA es a su vez es la zona del país en donde más se consume este alimento, ya que para los nativos constituye un producto clásico de su dieta diaria.
La provincia de Misiones con el 79,5 por ciento de las casi 22 mil hectáreas totales de mandioca que se cultivan en Argentina encabeza el ranking, seguida de Corrientes (8,6%), Formosa (7,5%) y Chaco (4,4%).
En el mundo el consumo de esta raíz va en aumento y
Nuestro país trabaja el cultivo de mandioca “con tecnología tradicional y, por lo tanto, es un cultivo que no está avanzado, pese a tener un gran potencial agroindustrial”, explicó a redagroactiva.com la ingeniera Carmen Peralta (INTA El Colorado).
Los productores argentinos que cultivan mandioca son, por lo general, pequeños ya que no existen programas de incentivo y desarrollo de la actividad mandioquera en la región. El escaso desarrollo que se logra es merced a emprendimientos privados. “De todas maneras, la mandioca es un cultivo que se hace en su mayoría para autoconsumo porque los precios del producto para consumo en fresco no son competitivos y desalientan a los productores”, comentó la ingeniera.
Agroindustria
Misiones tiene la característica de ser una provincia agroindustrial en lo que respecta al cultivo de mandioca ya que el mayor porcentaje es destinado a la industria. Para ello existen 14 industrias almidoneras y una fábrica de harina integral.
El tratamiento químico dado a la fécula modificada, ha permitido incrementar sustancialmente el precio de venta. Aunque, según la especialista del INTA, “no tenemos conocimientos en nuestra provincia de que se exporte”.
En tanto, en Corrientes se instaló recientemente una industria con una capacidad de molienda de 180 mil kilogramos diarios, pero no está en funcionamiento porque la materia prima que se produce en la región no alcanza a cubrir la demanda.
Desarrollo e incentivo
El cultivo tiene un gran potencial industrial, pero sin proyectos de desarrollo de la actividad es muy difícil que crezca la producción.
En este sentido, Carmen Peralta aseguró que “si se crean los planes de incentivo para los mandioqueros es probable que en los próximos años alcancemos una buena cantidad de toneladas y la materia prima producida pueda ser volcada a la industria de molienda”.
La importancia de los programas radica en la necesidad de incorporar tecnología porque en la actualidad, cuando en otros países la cosecha alcanza las 40 toneladas por hectárea, el promedio en Argentina es de