La industria maderera es la principal fuente de trabajo en Santa Rosa y es una de las más castigadas por el tornado que arrasó con el pueblo el lunes a la madrugada. Los propietarios de una decena de aserraderos se reunieron ayer con funcionarios municipales y les plantearon la necesidad de contar con algún tipo de ayuda económica para poder salir adelante.
Sucede que los vientos huracanados de 150 kilómetros por hora dejaron en el suelo las estructuras levantadas en diferentes puntos de la localidad. Galpones y tinglados enteros se vinieron abajo y con ellos se perdieron máquinas, herramientas, insumos y años de arduo trabajo de los productores.
El propietario del aserradero Taragüí, Juan Alberto Viola, contó ayer con mucha angustia a El Litoral que “todavía estamos juntando cosas, las chapas ya no sirven para nada”, resaltó el productor que desde hace cinco años tiene esa empresa desde donde da trabajo a unas 30 personas. “Mi galpón tiene 600 metros cuadrados y voló entero. Perdí el taller de afilado donde tenía sierras, insumos, mampostería, máquinas y toda la infraestructura”, explicó el hombre.
De acuerdo a los primeros cálculos que hizo, lo que perdió asciende a unos 200 mil pesos “sin contar el tiempo que perdemos y que también es dinero porque todos los días que no vamos a producir es plata que se pierde”, reflexionó Viola. En ese sentido, también resaltó que deberán analizar cómo quedó la instalación eléctrica pues se cayeron todos los postes y hay cables cortados por todos lados.
Más allá de que Viola puede estimar el monto de las pérdidas que le ocasionó el tornado, el propietario del aserradero contó a este matutino que “hay un aserradero moderno acá al lado del mío y lo que perdió ese hombre es incalculable: se le volaron 3 galpones, 4 secaderos con maquinarias que valen mucho dinero. Creo que él habrá perdido alrededor de 2 millones de pesos”, aseguró el productor maderero.
A pesar del escenario caótico, Viola se arremanga y dice “y bueno, tenemos que empezar otra vez pero vamos a necesitar ayuda. No pedimos que nos regalen nada, que nos den créditos blandos y devolvemos en un plazo determinado, pero queremos que todo se pueda hacer con rapidez y sin tanta burocracia porque hay mucha gente que se queda sin trabajar hasta que volvamos a producir”, remarcó.
De cualquier manera, aunque tengan muchas ganas de volver al trabajo, la Dpec todavía no puede asegurar cuándo volverá a normalizar el servicio de energía “así que tampoco podemos planificar”, dijo Viola. No obstante, “si consigo recuperar algunas maquinas, creo que vamos a poder cortar aunque sea al aire libre, siempre y cuando el clima lo permita”.
Por su parte, el concejal Marcelo Otazo estimó que serán unos 2 mil trabajadores los que dependen directa e indirectamente de los aserraderos por lo que es vital que esas empresas se recuperen rápidamente. En Nación también pedirán facilidades para los créditos que puedan otorgarle a las industrias de Santa Rosa.