Se nota una desaceleración de fincas que producen banana, piña, naranja (agria y dulce) y mandarina, a las que se suma como permanente el tradicional arbusto de origen guaraní, la yerba mate.
En contrapartida se observa un incremento de la superficie de cultivos de soja, maíz, trigo y caña de azúcar (para industria).
Entre los cultivos permanentes, la piña es la que nota un aumento del área (en forma compactada) y por ende mayor producción, que de 33 mil toneladas en el Censo 1991, saltó a 54 mil, una diferencia de 62%.
Sin embargo, las fincas cayeron de 16,7 mil unidades productivas que explotaban este rubro a 7,3 mil; una diferencia de -56,1%.
En cuanto a la banana, se observa una reducción de las fincas del orden cercano al 85%, al bajar de 71 mil a 9 mil establecimientos con estas plantaciones.
La yerba mate cayó de 19,7 mil a 9 mil fincas con plantaciones. El saldo negativo es de -54,3% de las plantaciones. Entre los cítricos se nota un retroceso abrumador, al punto que tanto mandarinas como naranjos (dulces) precipitaron a más del 90% de las fincas con estas plantaciones, prácticamente desaparecieron, si se compara con los datos de 1991.
Solo los departamentos de Itapúa (en donde está Mayor Otaño, símbolo de la producción de naranjas) y Cordillera continúan con amplia ventaja sobre otros cultivos.
El naranjo agrio, del cual se extraen esencias, bajó tres cuartos su cantidad de fincas con estas plantaciones, en 17 años.
En cultivos temporales, las fincas sojeras, aumentaron 3,8%, las trigueras 41,9%. Si bien hubo caída de cañicultores y de maiceros, en todos los casos la superficie de estos rubros aumentó.
EL CAÑICULTOR AHORA ES PERSONAL ZAFRERO
Alberto Brixner, dirigente de los productores de caña dulce en la zona de San José de los Arroyos (Caaguazú), lamentó que en los últimos años el agricultor se vio obligado a producir menos por la falta de una adecuada planificación y acompañamiento desde las instituciones públicas. Dijo que el apoyo financiero y técnico se da en mayor medida desde las industrias, pero que los ingenios azucareros desarrollan un modelo empresarial más abarcante, que incluye sus propias áreas de cultivo. «Si bien todavía hay muchos cañicultores, la superficie correspondiente a los productores bajó, porque los ingenios desarrollan sus propias plantaciones y, a veces, contratan como personal zafrero, solo para levantar la cosecha», sostuvo. Admitió que uno de los graves problemas que tiene la agricultura desde la óptica del cañicultor es la escasa posibilidad de desarrollar nuevas variedades. «Tenemos materiales con varias décadas. El Ministerio de Agricultura debería apoyar más la investigación», sostuvo.
Fuente: ultimahora.com