Desde que la Compañía de Desarrollo y de Industrialización de Productos Primarios SA (Codipsa) inauguró en marzo una planta procesadora de mandioca, en Guayaybi, los pequeños productores del departamento de San Pedro, zona tradicionalmente conocida como la más pobre y conflictiva del país, retomaron el camino de la organización en comités y, en estos momentos, ya triplicaron la extensión de cultivo de este producto.
Es que Codipsa, en promedio, recibe entre 180 mil y 200 mil kilos de mandioca por día, que es procesada las 24 horas para extraer el almidón, mediante una moderna planta industrial que opera solo con 21 personas.
«Tenemos una capacidad de molino de 200 mil kilos por día en estos momentos, que desde el próximo año se ampliará a 600 mil kilos por día, mediante una inversión aprobada de 3 millones de dólares», anuncia Silvino Brítez, personal administrativo de la planta procesadora que se halla en el Cruce 4.000 de la ruta 3, Guayaybi. Sus instalaciones se encuentran en una propiedad de
El camino para formar la alianza estratégica entre la empresa y los agricultores comenzó en el 2009. En el proceso hubo capacitación, tanto para que se organicen los campesinos como para mejorar la producción de mandioca.
«Al principio, la gente no creía tanto, porque muchas veces se arma mucha expectativa y luego no pasa nada», reconoce Silvino.
Sin embargo, recuerda, cuando se instaló la fábrica y vieron lo que se estaba haciendo, «empezó a venir mucha gente», añade.
SISTEMA. Según el ingeniero agrónomo Artemio Suárez, la empresa no negocia con intermediarios, sino directamente con los productores de mandioca. «Ellos se organizaron en comités, con los cuales acordamos en qué mes quieren entregar la producción. Se confecciona un cronograma de trabajo para todo el año», explica.
De este modo, la planta procesadora tiene garantizado el suministro de materia prima para todo el año y, al mismo tiempo, el productor «tiene asegurado que Codipsa, sí o sí, le comprará el producto», precisa. A través del convenio que firman con la fábrica se aseguran asesoramiento técnico gratuito.
Además, «si cumplen con el plazo de entrega, a fin de año se les paga una bonificación, calculada sobre 10 guaraníes por kilo. El comité o cualquier otra forma de organización de los campesinos se encarga de redistribuir este premio.
«Ahora estamos capacitándonos para ayudar a los productores a fortalecerse más, a consolidar sus comités y diversificar rubros. No alentamos que planten solo mandioca, ya que si diversifican sus chacras, podrán tener autosustento y productos de renta todo el año», dice el técnico.
Organizándose en comités, los campesinos hacen volumen y comparten el costo del flete y otros gastos.
«Ahora nos ayudamos todos, como vecinos», confirma Julián Prieto, pequeño productor de la calle Santo Domingo, Guayaybi. Con cinco hijos agricultores como él, cuenta con satisfacción que este año plantó tres hectáreas de mandioca. Una más que en el 2009. «Tenemos la fábrica de almidón cerca, precio fijo y ayuda técnica para mejorar la producción», enumera agradecido y admite que, gracias a esto, sus hijos no emigraron.
SOBRE CODIPSA
La fécula de mandioca o almidón que produce Codipsa se exporta a Brasil, Bolivia, Argentina y Uruguay.
Los accionistas de Codipsa son, en su mayoría, empresarios menonitas agroindustriales, ganaderos y comerciantes que, comprometidos con los pequeños productores, buscan dar alternativas empresariales y sostenibles a la situación de pobreza rural en Paraguay. Así enuncia su misión y visión de empresa.
La planta industrial instalada en Guayaybi es la más grande del 2º departamento. En ella hubo una inversión de 4 millones de dólares.
Además de esta fábrica, la empresa cuenta con otras dos plantas en Caaguazú.
Fuente: ultimahora.com paraguay