2.04.14En Brasil, primer productor mundial de naranjas, las cooperativas son clave para los millones de granjas de agricultura familiar que hay en el país: las ayudan a adaptarse a la demanda mundial, a encontrar mercados y a preservar su salud.
"Yo era alérgico a los productos químicos que rociaba. La cooperativa me dio la idea de pasar a herbicidas biológicos, por ejemplo, utilizando una infusión de yuca", cuenta Nelson Borges da Cruz, que explota en el estado de Bahía (noreste) cuatro hectáreas de naranjos combinados con yuca, maíz y frijoles.
Brasil cuenta con 4,3 millones de explotaciones de agricultura familiar de naranjas, según el ministerio de Agricultura.
Con sus campos cubiertos de árboles redondos y relucientes, la región de Rio Real, 250 km al norte de Salvador, domina la producción de naranjas de Bahía, segundo proveedor brasileño de cítricos.
Buena parte de estos frutos provienen de granjas familiares, que reciben el apoyo de cooperativas como Coopealnor. Esta cooperativa también ayudó a Da Cruz a encontrar mercados para sus frutas orgánicas, que vende a 650 reales (USD 288) la tonelada, en lugar de los 550 reales (USD 243) de los cítricos convencionales.
Con gestos precisos, Antonio de Almeida, técnico de Coopealnor, corta un tronco fino para deslizar un injerto de naranjo. "El limonero lleva un pie de naranjo porque resiste mejor la falta de agua", explica.
"Los árboles originales provienen de un centro de investigación. Así que suministramos a los pequeños productores material genéticamente perfecto", añade, explicando el creciente papel de las cooperativas en la profesionalización del sector.
En la propiedad vecina, más extendida, una carreta tirada por un caballo recoge los sacos que los recolectores han llenado de frutas. Cuatro hombres descartan luego las naranjas demasiado verdes, pequeñas o con manchas.
"Separamos las frutas más bellas, que van para el mercado, y las que serán para jugo", explica Cesar dos Santos mientras vacía desde lo alto de su escalera una canasta de 50 kilos en el remolque de un camión.
"Las fábricas de jugo son una salida importante pero compran la tonelada a 280 reales (USD 124), contra 550 reales (USD 243) en los mercados", dice Almeida. "Por eso orientamos a los pequeños agricultores hacia una mayor venta directa".
Brasil es también el mayor productor y exportador mundial de jugo de naranja.
Almeida apostó este año a la naranja variedad caracara. "La pulpa es roja y azucarada", dice, goloso. "Si funciona en mi parcela, alentaré a los colegas a producirla también", promete.
El otro desafío de la cooperativa es aportar valor agregado a los cítricos. Con ayuda de la EBDA, una estructura regional de apoyo a los pequeños agricultures, Coopealnor dispone desde hace poco tiempo de una máquina para clasificar las frutas por tamaño.
"El productor mete sus frutas en la fosa y al final del recorrido están lavadas, clasificadas y enceradas para una mejor conservación", describe con orgullo Antonio de Almeida ante las alfombras mecánicas y las estructuras mecánicas donde se procesan las naranjas.
La instalación costó un millón de reales (USD 443.000) a la cooperativa. Los productores pagan ahora 20 reales (USD 8,85) para calibrar una tonelada de naranjas, 40% menos que el precio del mercado.
"Esta máquina era un sueño y lo conseguimos, ¡tenemos nuestra propia pequeña industria!", se entusiasma el agricultor Nelson Borges da Cruz. "Nos falta aún una máquina para transformar la fruta en pulpa para ser realmente autónomos", añade.
Porque las naranjas no se almacenan. A falta de capacidad de transformación, los pequeños productores están sometidos a las fluctuaciones de las cotizaciones mundiales. "Es un mercado oligopólico: algunos grandes embotelladores europeos y estadounidenses determinan el precio" del jugo, se lamenta el concejal Mazinho Souza.
Para Souza, la máquina de clasificación por tamaño es una etapa importante. "Hasta ahora, los productores eran reticentes a las grandes inversiones". Y con razón: "En 20 años, dirigentes de la agrupación robaron la caja en dos oportunidades", indica.
Fuente: terra