Sin embargo, con los buenos rendimientos que se están registrando en soja y maíz, es esperable que los suelos tengan un menor contenido de nutrientes disponible que el año anterior.
“En la campaña 2009-2010, se estima que la producción de granos alcanzará cifras cercanas a las 90 millones de toneladas de granos, para las cuales se aplicaron tan sólo 2,5 millones de toneladas de fertilizantes. En este contexto de alta productividad de los cultivos de verano, los niveles de nutrientes en los suelos que se han verificado en la pre campaña son extremadamente bajos. Por eso recomendamos especialmente realizar un análisis de suelo en los lotes que se planifican para trigo”, comentó Pablo Pussetto, Vicepresidente de Fertilizar Asociación Civil.
“Para lograr buenos rindes, debemos pensar en la rotación. Aseguramos que fertilizar el trigo es rentable y sustentable, ya que tiene impacto sobre la soja de segunda”, señaló Francisco Llambías, miembro del Comité Ejecutivo de la entidad.
Por su parte, el Ing. Agr. Ángel Berardo, Presidente de FERTILAB, manifestó: “el trigo es un cultivo de inclusión social, sobre el cual se ha desarrollado en mayor medida la investigación en fertilización en la Argentina. Y ahora lo estamos tirando al rincón y hay zonas que se están quedando sin nada. Por eso, tenemos que resucitarlo. Porque además es el cultivo más importante en las zonas marginales, con suelos menos productivos, donde se combina con sistemas ganaderos”.
Asimismo dio las pautas para el manejo de nutrientes en trigo. En este sentido, manifestó que el manejo adecuado de la nutrición del cultivo constituye uno de los principales factores a considerar para maximizar la producción en las diferentes regiones trigueras argentinas. El nitrógeno (N) y el fósforo (P) son los nutrientes que con mayor frecuencia limitan el rendimiento del trigo, sin embargo, en las últimas décadas, la intensificación de la agricultura, sumada a la falta de reposición de azufre (S) vía fertilizantes han generado una disminución en la disponibilidad de S en los suelos, y por lo tanto, es cada vez más frecuente determinar respuesta en rendimiento frente al agregado de dicho nutriente.
“El enfoque actual de la fertilización es el balance de nutrientes dentro de la rotación. Lo mismo tiene que pasar cuando se hace un análisis económico, no analizar un sólo cultivo aislado. El trigo para aquellas zonas donde se hace soja hay que analizarlo en su conjunto”, concluyó el Ing. Berardo.
Por último, el productor agropecuario y asesor técnico de Tres Arroyos, Ronaldo Kulman, manifestó: “En el sudeste de la provincia de Buenos Aires, la economía de soja de segunda dará ánimo para invertir en tecnología para trigo y poder así mantener la rotación. En esta zona, la mayoría de los productores mantienen la rotación, aunque para esta campaña están muy cautelosos. Por eso, ante algún incentivo, el productor reaccionaría inmediatamente. La tecnología en trigo está toda, el productor la conoce y está equipado, pero económicamente hay zonas que están muy castigadas y lo que más influye es lo político. Se necesita que bajen y/o eliminen las retenciones al trigo, darle certidumbre al productor triguero, es el ingrediente que falta, porque la humedad más o menos está”.
“Los problemas de comercialización se resuelven con mayor producción”, agregó Pussetto.