El doctor Leonardo Villafañe, doctor en derecho, profesor de Derechos Ambiental y miembro del Instituto en Derecho Ambiental de la Asociación Argentina de Derecho Ambiental, visitó los estudios de Misiones Online TV para referirse al proyecto de la Secretaría de Agricultura de la Nación dado a conocer a través del responsable del área de Agricultura Familiar en Misiones, de plantar maíz transgénico, y dijo que hay que hacerse muchas preguntas al respecto y propuso un gran debate con organismos del Gobierno provincial y las universidades.
Sostuvo que su opinión básicamente es una propuesta de cautela, de prudencia, “porque el transgénico en sí mismo no puede ser considerado bueno o malo hay que verlo en contexto y en ese contexto la pregunta que surge es porque el transgénico sería beneficioso o utilizable en la provincia de Misiones, aun cuando ya se esté utilizando. El hecho que se esté utilizando en algunos sectores, sobre todo productores privados, no exime el análisis permanente de la cuestión, porque nadie puede tener un derecho adquirido a dañar a nadie, si se está dañando veremos de qué manera se puede modificar eso pero no por ello porque ya se viene haciendo mal lo seguiremos haciendo mal”.
Particularmente dijo tener una opinión en relación al transgénico de que no terminan de satisfacer todas las preguntas que uno puede hacer en lo respecta a la seguridad de que son inocuos, a que no generan ningún daño y “particularmente en el contexto de la provincia de Misiones, donde hay la mayor diversidad del país, donde tenemos grandes cursos de agua y aunque es muy rico tenemos poco recurso suelo, porque tenemos pequeñas extensiones”.
Agregó Villafañe que “de por si ya no puede ser lo mismo, no podemos pretender parecernos a la Pampa Húmeda o a Rio Grande Do Sul en Brasil que tienen soja plantada hasta en el cemento. Además, no creo que sea una solución a corto plazo, ni hablar a largo plazo, esto de los monocultivos y la producción con transgénicos que, además, están las preguntas que uno se hace, por qué se usa transgénico, porque es una semilla mucho más resistente y genera más producción en términos de volumen y también más resistente a los plaguicidas, entonces es lógico pensar que a mayor transgénicos mayor cantidad de plaguicidas”.
Se refirió también a las empresas que fabrican plaguicidas que están muy involucradas en la producción de semillas transgénicas “porque es un negocio redondo” destacando que la política ambiental es ir reduciendo este tipo de plaguicidas, de agrotóxicos. “Hace poco hemos participado de un debate sobre la necesidad de ir progresivamente eliminando este tipo de agrotóxicos o plaguicidas y el Glifosato es el producto vedette de este tipo de laboratorios, porque son los fabricantes los que después producen la solución”.
El profesor de Derecho Ambiental, insistió con las preguntas que hay que hacerse frente a este tipo de proyectos y “particularmente me pregunto también porque no sería mejor promover otro tipo de cultivo. Para mí el negocio ambiental, no el económico, es plantar árboles en Misiones eso tendría que ser lo ideal, fomentar plantar árboles, por supuesto que esto no redunda en beneficio económico inmediato, pero no podemos pensar las cuestiones ambientales a corto plazo”.
Sobre el debate que habría que dar en este momento en la provincia, el especialista en Derecho Ambiental destacó que entiende que seguramente es rentable, “pero la cuestión de sustentabilidad excede a la cuestión económica, la cuestión de sustentabilidad va a lo social y a lo ambiental también, el hecho de que sea rentable es un aspecto, relevante seguramente, pero si uno empieza a ceder por los aspectos económicos a las cuestiones vinculadas con Salud Pública entramos en una espiral que va terminar seguramente mal”.
Agregó que lo que propondría, “como ciudadano, porque es lo que soy” es la participación de más organismo del Estado, y dio como ejemplo que en Misiones “podrían participar tranquilamente (los ministerios de) Ecología, el Agro, Agricultura Familiar, Salud Pública, la Biofábrica podría dar su opinión, las universidades y verificar entre todos que no se generen daños al ambiente, que no haya potencialidad de daño”.
Explicó que “si eliminamos los daños, o por lo menos lo tornamos seguro, hay determinadas medidas que se pueden tomar y de esa manera se contendrá el agua que va a las napas, se filtra al suelo, que va por viento a otros lugares que podría afectar la diversidad, si todas esas preguntas se pueden responder satisfactoriamente bien dentro del campo de lo científico, en este caso habría que aceptar, no hay posiciones irreductibles, aparte la ciencia va avanzando”.
Desde lo jurídico, Villafañe propone que se aplique el principio precautorio que, “es un principio que no es contra la ciencia, es todo lo contrario. Lo que tratamos de hacer es equilibrar el progreso científico con el conocimiento que tiene la gente, porque va en una línea de avance mucho más rápida de lo que podemos tener comprensión de los efectos y así ha pasado con un montón de cuestiones”.
Relató las medidas tomadas por el Tribunal Europeo respecto a los transgénicos y la jurisprudencia que han sentado al respecto, para destacar que en muchos casos los ha prohibido como en Francia y Alemania donde no está permitido utilizarlos, para preguntarse si ahí los prohibieron porque lo plantaremos acá
Sobre lo que en derecho se denomina invertir la carga de la prueba, Villafañe explicó que en este caso particular, “quien conoce más el producto es el que lo fabrica, él estuvo investigando y quiere incorporarlo al mercado y no lo va a hacer gratis se va a beneficiar de esa incorporación, el ciudadano no puede demostrar que le hace mal y ahí se invierte la carga de la prueba, yo planteo la duda y el productor de ese nueva tecnología es el que debe contestarme todas las preguntas con fundamento científico, además la relación causal se da en muy largo tiempo”.
Fuente: Misiones online