La tradicional reunión de los días viernes (conocida como «la escuelita») entre representantes de la cadena cárnica y el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno abrió hoy bien temprano (a eso de las 9:00 horas) y con asistencia perfecta.
No fue por algo fortuito: la mayor parte de los empresarios frigorígicos bovinos están atravesando una situación crítica por la falta de disponibilidad de hacienda (que hace que muchas categorías se mantengan en valores firmes) combinada con restricciones oficiales para exportar cortes frescos vacunos (dos ejemplos de tal hecho son el caso de JBS San José y del frigorífico Cater Meat).
Los representantes de los frigoríficos, que suelen escuchar con mansedumbre los dictados de Moreno, esta mañana se abroquelaron para transmitir al funcionario un mensaje unificado: si se siguen cerrando las exportaciones de carne por cuestiones arbitrarias habrá más cierres de frigoríficos y eso ocasionará en problema social por la enorme cantidad de trabajadores suspendidos y despedidos.
La gravedad de la situación es de tal magnitud que en la reunión de hoy, según indicaron a Infocampo.com.ar fuentes que participaron de la misma, asistieron propietarios y directivos de frigoríficos del interior, quienes viajaron especialmente a la ciudad de Buenos Aires para plantear en conjunto las dificultades que está experimentando el sector.
La reunión de la «escuelita» de hoy fue algo así como una remake del encuentro realizado el pasado 5 de mayo, a partir del cual, ante la desesperación de los empresarios cárnicos, Moreno prometió habilitar un cupo de exportación de cortes frescos bovinos de al menos 20.000 toneladas mensuales a cambio de que los frigoríficos exportadores vuelquen al mercado unas 2000 toneladas semanales de carne a precios subsidiados.
Pero las habilitaciones de embarques de carne, lejos de agilizarse, siguieron otorgándose a cuentagotas. Y este mes Moreno decidió interrumpirlas al entender que la industria exportadora no estaba vendiendo una cantidad de carne a precios subsididados en el mercado interno (partidas que se destinan a las cadenas de supermercados para que éstas realicen las denominadas «baratas de carne»).
Ante tal panorama, los representantes del sector solicitaron que de una vez por todas se permita exportar al menos un cupo mínimo de cortes frescos (no Hilton), porque de lo contrario se aplicará un programa de recortes de costos que dejará a mucha gente en la calle. También pidieron que la cantidad de cortes populares que deben vender en el mercado interno pase de 2000 a 1000 toneladas, ya que no es fácil encontrar hacienda lo suficientemente barata como para ofrecer medias reses a los precios sugeridos por Moreno (unos 10 $/kg gancho).
Moreno escuchó a los empresarios y prometió estudiar los reclamos para dar una pronta respuesta a los mismos. Por último, cuando el funcionario estaba a punto de dar por terminada la reunión, los empresarios hicieron un pedido más: que por favor tuviera la amabilidad de gestionar ante la Oncca la devolución de las garantías pagadas por los envíos correspondientes a la cuota Hilton 2009/10, que aún no fueron reintegradas por el organismo.
En los meses de abril y mayo de 2010, según los últimos datos publicados por el Senasa, se exportaron menos cortes frescos bovinos que durante el conflicto agropecuario del año 2008 a causa del cierre virtual de exportaciones aplicado por el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. En esos dos meses las exportaciones argentinas de cortes vacunos enfriados y congelados fueron de 10.680 toneladas versus 14.205 toneladas en el mismo período de 2008 (en abril-mayo de 2009 las ventas externas se habían ubicado en 44.607 toneladas).