El Plan Estratégico Agroalimentario (PEA) que impulsa el Gobierno tuvo una deserción: la del titular de
«Desde siempre,
«Cuando usted invitó a las entidades del sector a participar de un proceso para la generación de un plan estratégico agroalimentario, nos vimos gratamente sorprendidos, ya que el viejo reclamo parecía haber sido escuchado», dijo Biolcati a Domínguez en la misiva.
El titular de
«Se presentaba un enfoque de la realidad agroindustrial no compartido integralmente con el que sostenemos desde nuestra entidad, especialmente en conceptos como el humanismo social, la soberanía decisional, el valor agregado en origen, la soberanía y seguridad alimentaria nutricional, la oferta exportable para abastecer al mundo, entre otros».
«No era menor la advertencia sobre la metodología propuesta, donde sin haber realizado una necesaria discusión del diagnóstico, los escenarios futuros, las amenazas y debilidades, se pretendía forzar primero una visión y misión del sector: parecía que el carro se ponía delante de los bueyes», destacó Biolcati.
También puso en duda «los tiempos propuestos para la realización de tan importante trabajo» que «siempre parecieron más influidos por tiempos electorales que por un proceso madurativo, participativo y federal, que de por sí trae aparejada una mayor lentitud».
La cantidad, y en muchos casos la calidad de los actores convocados, fue otra de las advertencias de
«La cantidad de ámbitos en los diversos niveles de la organización política donde se invitó a participar, con simultaneidad de reuniones y tiempos escasos, atenta contra la necesaria articulación que entidades federales como la nuestra necesitan», agregó.
«Tenemos la impresión de que poco se ha avanzado. Se ha producido en nuestra gente y creemos en numerosos participantes, un ánimo de decepción y desconfianza», manifestó al afirmar que es el momento de dar un paso al costado.
Fuente: NA