La gestión ambiental permite tomar decisiones estratégicas en el territorio a partir del mejor aprovechamiento de los recursos naturales que se cuentan.
En algunos casos, puede requerir de la remediación de problemas generados por el mal uso de los mismos. Otras veces, por la falta de aprovechamiento de las condiciones naturales que existe en un medioambiente. También es posible que se den fenómenos o ciclos climáticos producidos por la misma naturaleza, que afecten a la población y que sea necesario prevenir, controlar o actuar a través de políticas públicas.
Es tan importante en la gestión ambiental la capacidad de producir información relevante del medio ambiente en el que vivimos, como tener la capacidad de analizarla y proponer respuestas. En este sentido, la Estación Experimental de INTA Chubut, aporta significativamente a las posibilidades de generar información para los territorios sobre los recursos naturales que existen en Chubut y la Patagonia. Para ello cuenta con distintas áreas técnicas especializadas que trabajan en forma de equipos interdisciplinarios y que ofrecen servicios de información estratégicos a los productores, instituciones y usuarios particulares. Se cuenta actualmente con áreas técnicas especializadas por temas, que funcionan en algunos casos como laboratorios donde se realizan ensayos, tomas de muestras, análisis de indicadores que pueden surgir en establecimientos agropecuarios, sectores periurbanos o incluso hasta en las localidades pobladas.
Erica Llanos es la Jefe de Grupo de Gestión Ambiental de la Estación Experimental de INTA Chubut. Es licenciada en geografía de la Universidad Nacional de la Patagonia y cuenta con una especialización en cartografía y sistemas georreferenciados de la Universidad de Alcalá de España. Trabaja en Inta hace más de 20 años y su tarea se encuentra articulada con distintas áreas temáticas a través del trabajo en los territorios en el marco de un Proyecto de Apoyo al Desarrollo Territorial de la Meseta Central de la Provincia del Chubut que coordina actualmente el ingeniero agrónomo Mirco Muñoz.
El laboratorio de Suelos y agua
“Este área específica realiza el análisis de suelos con muestras provenientes de toda Patagonia, desarrollando no solo estudios y análisis de suelos, sino también toman muestras, evalúan áreas, tienen conocimiento un poco más detallado de cómo se hacen los estudios y cuáles son la necesidades de distintas zonas” – acota Llanos-.
Respecto al áreas de agua y riego, Llanos enfatiza “que no solo trabaja en Valles en este tema, sino también se generan herramientas para optimizar el uso del recurso agua en las zonas áridas como por ejemplo el riego de los mallines, o en zonas como en el Periurbano de Puerto Madryn o de Comodoro Rivadavia”.
Entre los servicios que brinda se encuentra el asesoramiento sobre metodologías de muestreo de suelos y agua, la realización de diagnósticos de la aptitud para el uso agropecuario de los mismos, recomendar el manejo apropiado sobre calidad del suelo (laboreo, siembra, fertilización, riego, enmiendas y rotaciones), monitoreo de recuperación de suelos afectados por actividades extractivas de los recursos naturales, evaluación integral de tierras para riego (mapeo de suelos, selección de áreas según potencialidades, recomendaciones y planificación del riego), recuperación de áreas degradadas, entre otros.
En este sentido, no solo se encarga de generar información, sino que también, cuenta con las capacidades técnicas y las metodologías analíticas de valoración regional para el diagnóstico de los suelos y agua, de la nutrición vegetal (nutrientes disponibles en el suelo, fertilización, eficiencia de nutrición en planta), la caracterización y evolución de propiedades físicas y químicas de suelos y aguas como integrantes de agroecosistemas.
En los equipos de especialistas cuentan como referente del área a la técnica laboratorista Sandra Jara y como personal técnico de apoyo a Néstor Villagrán, Verónica Jara y Rubén Cuellos. En el caso del sector de agua y riego se encuentra a cargo del ingeniero Jorge Luque quien trabaja con Lucas Díaz que es ingeniero en maquinización agrícola.
El área de Agrometereología
El Observatorio Agrometeorológico del INTA Chubut observa y registra datos diarios e históricos sobre elementos climáticos como temperatura del aire, precipitaciones, humedad relativa, heliofanía efectiva y relativa, velocidad media del viento y dirección, evaporación, temperatura a diferentes profundidades del suelo, entre otras.
Climatologíase encuentra a cargo de Erica Colombani que trabaja en conjunto con el licenciado Javier Gonzalez. Este laboratorio trabaja desde 1971 cubriendo gran cantidad de estaciones meteorológicas de la provincia. Desde 1996 se comenzaron a instalar estaciones automáticas en diversos puntos de toda la región patagónica sur cubriendo una vasta red de 34 estaciones de INTA y 25 extra INTA, cuyos registros se almacenan y se publican en la página web institucional:
Por un convenio con el Instituto Provincial del Agua -IPA- actualmente se viene instalando una mayor cantidad de redes de estaciones y abarca gran parte de la Patagonia. Para Erica Llanos, “muchas veces hablamos de que hay sequías o de inundaciones, pero no tenemos una evaluación de cómo fueron estos periodos recientes, si realmente es sequía o es un proceso natural con ciclos de desertificación. Estas posibilidades se pueden obtener con los datos que posibilitan las estaciones meteorológicas que se pueden ver también en la página del Sipas (Sipas.inta.gob.ar)”.
El laboratorio de teledetección y sistemas de Información Geográfica
Finalmente, en el laboratorio de teledetección y Sistemas de Información Geográficos -SIG, se encuentra trabajando la especialista, junto al licenciado Santiago Berh. Agrega que “hay diferentes líneas de trabajo, relativas al monitoreo del territorio y generar información para diferentes eventos como el caso de los incendios en Puerto Madryn. Existe la demanda de generar una metodología de trabajo que utilice los nuevos sensores que hay disponibles en forma gratuita para monitorear las zonas de riesgo de incendio en la provincia de Chubut.
El laboratorio también elabora cartografía de base para evaluación y planificación de establecimientos ganaderos, realiza capacitaciones a profesionales, técnicos y productores agropecuarios en metodologías y criterios de la evaluación y la planificación del uso de pastizales naturales, entre otras líneas de trabajo. El laboratorio inicia sus actividades en 1990 bajo un acuerdo de cooperación internacional (GTZ Alemania).
En el grupo de gestión ambiental se buscan soluciones estratégicas para abordar el tema de los recursos naturales. Un ejemplo de ello son los informes con índices e interpretación de temas relativos al sector o a problemáticas específicas. Según Llanos, “surge un informe quincenal con el tema de las sequías con el que hemos generado un índice teniendo en cuenta la media de diez años del estado de los pastizales. Nos da una idea de aquella zona más seca o con mayores problemas. Hasta hace unos años atrás la sequía se localizaba mayormente en el centro norte de la provincia de Chubut, en la llamada zona de Meseta, hoy no se encuentra en la misma zona porque las precipitaciones están modificadas, y se han retrasado hasta el Sur, en la zona del Departamento Senguer o Sarmiento. Este proceso lleva algunos años y que está afectando seriamente todo lo que es la actividad productiva”.
El rol del profesional del área de teledetección es hacer accesible la información bajando las imágenes satelitales, procesarlas y analizarlas. Para Llanos, “tenemos que mostrar a los distintos actores qué es lo que muestran los datos, qué significa, cómo nos aporta e impacta. El caso de los campos desocupados es un claro ejemplo de esta metodología, afecta mucho a la provincia y surge de dialogar en terreno con los productores y con la gente que está trabajando en el lugar”, explica la referente ambiental (Ver Recuadro).
El problema de los campos desocupados
La referente de Gestión ambiental de INTA menciona como la problemática de los campos desocupados permite mostrar un ejemplo del trabajo interdisciplinario y que tiene en cuenta las necesidades que surgen de los propios productores en el territorio. “Es importante destacar que este tema–comenta- surge de la priorización de los temas de trabajo de los referentes de organizaciones de productores en las denominadas Mesas de Desarrollo, porque la situación origina pérdida de animales por los depredadores y afecta al resto de los campos en producción”.
Las mesas de desarrollo son espacios de articulación donde el INTA participa y con las que se trabaja con los productores organizados, instituciones municipales, provinciales y nacionales del sector, como así que surgen en cada región cuando hay problemas que afectan a la población. En este caso la demanda se planteó desde la Mesa de Paso de Indios y ante la falta de información del tema se planteó realizar un relevamiento. En este marco, el INTA generó un plan de trabajo a cargo del ingeniero Miguel Cárcamo, pero que cuenta con el apoyo del proyecto de apoyo al desarrollo territorial de la Meseta Central de que coordina el Ingeniero agrónomo Mirco Muñoz.
Para el relevamiento se contó con la colaboración de un equipo interdisciplinario que involucró tanto a técnicos de Inta, como a productores e instituciones provinciales y nacionales entre las que se encuentran Senasa, Corfo y el Ministerio de la Producción entre otras. En el mismo se trabajó con informantes calificados, productores referentes de organizaciones productivas y técnicos de instituciones que trabajan en el área. En esta primera etapa de recolección de información se trabajó sobre 4 departamentos (Paso de Indios, Mártires, Gastre y Telsen). Basado en un abordaje con mapas cartográficos se trabajó con el mapa parcelario generado por la Dirección de Estadística y Censo por departamentos de la provincia de Chubut, y a partir de ello, se comenzó el relevamiento con una muestra de 1000 parcelas alcanzadas.
Esta metodología llevó a identificar como unidad de análisis a la parcela, ya que un establecimiento puede tener más de una y no siempre se puede tomar como referencia teniendo en cuenta que hay distintos tipos de productores en la Meseta Central (productores pequeños de la agricultura familiar, Pymes y grandes con características empresariales). Según el informe, en la Patagonia los campos están asociados “a la cría extensiva de ganado y por las características ambientales poseen grandes dimensiones, siendo el sinónimo de campo el término establecimiento, que por el tipo de actividad se le denomina ganadero”.
“Nuestro aporte desde el Grupo de Gestión ambiental -explica Erica Llanos- estuvo centrado en generar algún tipo de herramienta de análisis para poder intervenir e identificar esos lugares desde el análisis e interpretación de las imágenes”.
Situación productiva de los campos
La especialista Erica Llanos del Grupo de Gestión ambiental de INTA relata que hubo una metodología de trabajo para definir las distintas situaciones de ocupación/desocupación hasta de abandono. En este sentido, en la misma se detalla que un Campo ocupado (en producción) es aquel que tiene una carga de animales acorde a las posibilidades productivas y de receptividad del establecimiento y de la zona; los denominados Sub-ocupados poseen una carga animal por debajo del 50% de su capacidad productiva.
Y finalmente, es importante la diferencia entre los campos desocupados y abandonados. En el primer caso son establecimientos ganaderos que poseen toda la infraestructura necesaria para el funcionamiento, pero se encuentran sin animales y sin actividad productiva aunque pueden o no contar personal permanente que realice algún tipo de mantenimiento de las instalaciones. En el segundo, se hace referencia a aquellos que no solo no tienen los animales, sino que se ha deteriorado la infraestructura básica necesaria para el funcionamiento del mismo. En este último caso implica una inversión elevada al momento de querer introducirlos nuevamente a la actividad productiva lo que dificulta la posibilidad de hacerlo sin políticas claras hacia el sector luego de los eventos de sequías y cenizas que afectaron en gran medida al área de la Meseta Central.
Según la referente del grupo ambiental se cuentan con resultados de este análisis por departamentos. Lo más relevante es mostrar “de qué manera el trabajo desde distintas áreas técnicas de INTA genera indicadores de la realidad y se vuelven herramientas estratégicas en la medida en que son usados para gestionar apropiadamente los recursos naturales y humanos que contamos en la provincia”, concluyó Llanos.
Fuente: INTA