25.04.16 La influencia del hombre y sus actividades han aumentado la tasa de extinción de especies en mil veces, si se la compara con lo que ocurriría naturalmente.
Desde hace mucho se sabe que la pérdida de biodiversidad es un proceso que se ha ido acelerando y que los esfuerzos para ralentizarlo están lejos de ser suficientes. Ahora los estudios que dan cuenta de esta realidad también están bajo escrutinio.
Durante dos años, un consorcio de 18 instituciones relacionadas con la biodiversidad -entre las que se encuentran el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación de la UNEP, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Instituto Luc Hoffmann de WWF International- analizaron 300 bases de datos relacionadas con la biodiversidad, y concluyeron que los parámetros que se están midiendo no son suficientes. El efecto en la naturaleza de las especies invasoras, la tala de bosques, los criaderos de caza y el comercio de especies silvestres estarían siendo subdimensionados.
“Nos sorprende que tan pocas bases de datos tengan los atributos que consideramos necesarios para que sean completas”, dice Lucas Joppa, líder del estudio publicado en la revista Science e investigador de Microsoft Research. “Vivimos en la era del Big Data, pero estamos a ciegas cuando se trata de entender qué es lo que está amenazando a la biodiversidad en el planeta”, agrega.
Algo no menor -precisa el trabajo- si se considera que por influencia del ser humano la tasa de extinción de especies actualmente es mil veces mayor que la que se daría naturalmente. Así, esta falta de precisión en los estudios estaría mermando el alcance de iniciativas de conservación a gran escala, aparte de que no estaría permitiendo entender, entre otras cosas, por qué las poblaciones de algunas especies logran repuntar y otras no.
Si bien muchas de estas amenazas ya estaban identificadas, el darles su correcta importancia también ayuda a combatirlas. “Las especies invasoras son uno de los mayores problemas para la biodiversidad hoy”, dice Cristián Bonacic, académico y director del departamento de Ecosistemas y Medio Ambiente de Agronomía UC. Se trata de especies exóticas o domésticas que son abandonadas y que afectan a la biodiversidad tanto porque cazan como porque transmiten enfermedades.