Detrás de todo modelo de integración está el concepto de industrializar la producción. Detrás de la industrialización está el empleo, los salarios y la calidad de vida de todos los habitantes de la comunidad. La idea es simple: más valor se agrega en la provincia, más empleo se genera. Mayores salarios inducen más consumo y bienestar de la población que, a su vez, crean incentivos para la inversión con vistas a agregar más valor. Se pone en marcha así un círculo virtuoso de crecimiento.
El Gobierno del Chaco, a través de su ex Ministerio de Economía, Producción y Empleo (actualmente Ministerio de Economía, Industria y Empleo) asumiendo el rol de promotor de la producción integral y del desarrollo económico provincial ha puesto en marcha una serie de políticas que tiene como objeto la integración de las cadenas de valor de la provincia.
La ganadería, la horticultura y los recursos forestales han dejado de ser tratados como sectores aislados. Actualmente, a los efectos del diseño y la implementación de políticas de desarrollo, se los considera como eslabones importantes en sus respectivas cadenas de valor. Hoy tenemos la política cárnica (que abarca la producción primaria hasta la comercialización de la carne pasando por su industrialización), la política foresto industrial (que importa todas las formas de agregado de valor a los recursos forestales), la política hortícola (supone la elevación de los estándares de producción y la colocación doméstica de la producción). Se trata del nuevo paradigma de la economía chaqueña que empezó a nacer a fines de 2007.