Las salidas de Emilio Monzó del Ministerio de Asuntos Agrarios y anteriormente de Carlos Cheppi de
En su lógica, Kirchner busca abandonar el perfil técnico en el trato con el sector agropecuario por uno de neto corte político.
Kirchner es habitualmente un hombre de pensamiento lineal. En su interpretación de la crisis con el campo, los canales técnicos que desde el gobierno tendían con los productores y las entidades, llámese
De Pampa Sur a los cuadros políticos
La cosa arrancó en 2004. Aunque por su fuerte relación con el campo, el kirchnerismo decidió desplazar a Alarcón de la presidencia de la Comisión de Agricultura en Diputados en 2007, la tensión venía desde ese año, cuando se crea Pampa Sur.
Este grupo que lidera Miguel Saredi insiste desde entonces y más aún cuando explotó la situación con el agro tiene solución por canales políticos y no por anuncios y decisiones técnicas. Por esto mismo crea Pampa Sur, como un cuadro político que sirviera tanto al campo como brazo político como, por el contrario, un canal de llegada a los productores desde la cúpula gubernamental.
Desde ese entonces se habla de la necesidad de crear un Ministerio de Agricultura y jerarquizar la producción agropecuaria. A su vez, era un buen gesto para las entidades: así como se creó el Ministerio de
Pero Kirchner nunca registró ni escuchó este reclamo. Por el contrario, llenó de poder a
En los cargos, buscaba cuadros técnicos sin vuelo político y de lealtad probada. Así apareció en su momento, por caso, el propio Cheppi. Daniel Scioli bajaba la misma línea en la provincia: cuando asumió nombró en el Ministerio de Asuntos Agrarios a Fernando Villela, ex decano de
Giro K
Cuando este modelo fracasó –siempre según su lectura-, Kirchner agarró el timón y dio un giro total. Ordenó la salida de Monzó y le impuso a Scioli a Franetovich, un hombre del ministro del Interior, Florencio Randazzo, fue a buscar a Alarcón y, por último, construyó finalmente el Ministerio de Agricultura para Julián Domínguez.
Hasta hoy legislador provincial, Domínguez está lejos de ser un experto en asuntos agrarios y mucho menos de tener buena llegada al campo. Por caso, acaba de prestar su voto a la reforma impositiva de Scioli que tanto rechazo –marchas incluidas- generó en los productores agropecuarios.
La idea del ex presidente con la designación de Domínguez es poner un cuadro político al mando de las políticas agropecuarias del gobierno y reforzar su ya casi obsesión con el PJ bonaerense. Domínguez es, de hecho, parte del “plantel estable” del peronismo provincial.
Actual vicepresidente de
Kirchner sabe que si tiene alguna chance de levantar su imagen y conseguir un triunfo en 2011, necesita al menos intentar una conciliación con el agro. Por eso intentará con todas sus armas buscar algún acercamiento. “La faz técnica ya se murió. Si les doy compensaciones me piden retenciones. No hay ofertas que dar, hace falta muñeca”, dice a los suyos para justificar su volantazo.
Fuente: Prodiario.com.ar