“Venimos preparando la planta con inversiones y estimamos que entre marzo y junio vamos a comenzar a vender como empresa independiente. Comenzaremos con garras, que es un subproducto, para llegar a fin de año posicionados para incluir otro producto, como pueden ser pollos enteros o trozados”, afirmó a
Preparados. Al ritmo del acelerador y el freno, que se accionaron en función de la rentabilidad de la empresa, Indacor mantiene desde 1998 un proyecto de inversión, que comenzó a tomar velocidad en los últimos cuatro años. “Las inversiones más fuertes fueron a partir de 2006: una nueva planta de incubación y en el frigorífico ubicado en Juárez Celman, la automatización de la línea de evisceración y en la zona sucia de la planta; además de las obras para la instalación de un túnel continuo de frío y mayor capacidad de cámaras”, enumeró Teruel, quien aclaró que cuando se habla de automatización no significa que se prescinda de mano de obra, sino el objetivo es optimizar procesos. En la empresa hoy trabajan 350 personas.
Buena parte de las inversiones de la empresa tiene como fuente los recursos propios. “En 1998 afrontamos un proceso concursal, con lo cual en la primera etapa del proceso de inversión el crédito estuvo muy restringido. Recién a partir de 2005 usamos algo de financiamiento, pero con un grado de repago cierto y con un nivel de endeudamiento que no nos pusiera en riesgo como empresa”, sostuvo Teruel, quien aclaró que el mayor crédito que tiene la empresa es el comercial. “Siempre hemos sido apoyados por nuestros proveedores, aún en situación difíciles Es el factor de evolución de la empresa”, aclaró el empresario. Dentro de la producción avícola nacional, estimada para este año en alrededor de 618 millones de cabezas de pollo, Indacor contribuye con el 1,5 por ciento. Es decir 9,15 millones de pollos por año, a un ritmo de 800 mil pollos por mes.
Integrados, se buscan. Fiel a los modelos de integración que ha desarrollado la industria avícola desde su nacimiento, en la década de 1970, Indacor está presente en todos los eslabones de la cadena: desde el grano que utiliza como alimento hasta el pollo listo para su comercialización. En el medio están las granjas de reproductoras (ubicada en Catamarca), las plantas de incubación (Río Ceballos y Catamarca), la de alimentos balanceados (Monte Cristo) y las granjas de engorde. “Comenzamos con un proyecto de integrados para acompañar nuestro crecimiento. Estamos abiertos y disponibles para aquellos que quieran invertir”, asegura Teruel. Sobre un total de 45 granjas en producción, entre 65 y 70 por ciento son de manejo propio (propias o alquiladas). El resto son productores integrados. El inversor sólo tiene que poner la infraestructura, la mano de obra y la energía. La empresa se encarga del resto: los pollitos BB, el alimento, la cama, calefacción y la supervisión. Al final del engorde, la empresa retira el pollo y paga por el servicio de hotelería. “El trabajo de engorde asociado a la propiedad de las instalaciones da una renta superior a cualquier negocio inmobiliario”, asegura el empresario.
Fuente: la voz del campo