Según el diario El Cronista, de acuerdo con las autorizaciones que dio el funcionario a las empresas en la primera parte del mes, los productos considerados «masivos» –que apuntan a los consumos de menores recursos– tienen luz verde para aumentar en junio un 3,41% en promedio, en línea con las subas que otorgó a esa categoría en meses anteriores. Sin embargo, los considerados «selectivos» en la clasificación que hace el Gobierno subirán este mes 6,12%, mientras que los «premium», los más onerosos del mercado, tienen luz verde para aplicar un ajuste de un 8,08 por ciento.
Así se desprende de la información que manejan compañías fabricantes de esos insumos y las mayores cadenas de supermercados del país, como Jumbo, Walmart y Carrefour, entre otras.
La estrategia de Moreno para evitar que el impacto de la inflación se sienta de lleno en los bolsillos de los consumidores es autorizar aumentos escalonados por marca, mes y tipo de producto. Por caso, en junio están autorizados a retocar sus precios Molinos, la alimenticia de la familia Perez Companc, dueña de marcas como Mattarazzo, Lucchetti, Vienísima y Granja del Sol; los frigoríficos Riosma y Calchaquí; las bodegas Escorihuela, Orfila, Esmeralda y López;
Ese lote de aumentos se sumará a los que periódicamente autoriza Moreno desde enero, que abarcan desde la hamburguesa de Quickfood, como la marca Paty, hasta
Varias inflaciones
Los números que maneja Moreno, sin embargo, pueden parecer muy lejanos a la realidad de los consumidores. Sucede que el secretario tiene la mano férrea sobre las cadenas de supermercados –de acuerdo con un sondeo de El Cronista en góndolas mes a mes se corrobora esa tendencia–, que sólo cubren un 34% del mercado y reciben inspectores.
El funcionario tiene contacto diario con las cadenas. Y sigue reglas estrictas: habitualmente gente de su equipo difunde los nuevos valores entre las empresas, que no quedan asentados en documentos que identifiquen a su cartera. En cambio, las fabricantes de productos le envían periódicamente informes donde aseguran que cumplieron con los topes del secretario.
Sobre esos valores se calcula el Indice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec. Pero la mayor parte del mercado se canaliza a través de almacenes, autoservicios y negocios de proximidad, donde la mirada de Moreno no llega.
Con pedido de reserva, un empresario del sector se quejó de que “la tortuga se le escapa en los mayoristas, que son el actor invisible en la cadena de comercialización, que venden a autoservicios y almacenes y siempre quedan fuera del radar”.
La mano de Moreno enfrenta otros escollos. Por ejemplo, la negociación cotidiana entre los supermercados y sus proveedores. Los últimos suelen considerar como ‘selectivos’ o ‘premium’ –y por lo tanto autorizados a mayores subas– productos que los supermercados entienden como ‘masivos’.
Un empresario del sector reconoció que también suele darse otra discusión habitual. “Necesito, por ejemplo, 100.000 cajas de un producto, pero el proveedor me quiere vender la mitad al precio oficial pero me pide más por el resto. Si las preciso, tengo que ceder”, relató
Fuente: diario politica.com