Según un reciente estudio difundido por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), entre marzo de 2008 y el mismo mes de este año, el rodeo bovino cayó 14,99%, de 57.583.122 a 48.949.743 animales.No hay muchos productores que tengan sobrantes de vacas como para salir desesperadamente a arrendar campos. La sequía y las políticas desfavorables del Gobierno han diezmado el stock de hacienda vacuna, y varios campos alquilados han sido devueltos y quedaron libres, señaló Mariano Maurette, de la sección campos de Alzaga Unzué & Cía.Según Maurette, en esa firma observaron una baja de los alquileres que podría oscilar entre el 15 y el 25% del precio que se pagaba. Hoy se pagan 50 kilos por hectárea por año lo que se estaba pagando entre 60 y 65 kilos por hectárea y, en algunos casos, hasta 70 kilos por hectárea por año, comentó Maurette. Según el especialista, estos valores son para la zona de la cuenca del Salado, en localidades como Madariaga, Maipú y Rauch, por ejemplo.No pocos expertos coinciden en que los valores que antes se pagaban para los alquileres ganaderos complicaban el negocio de los productores. Los arrendatarios están aprovechando esta oportunidad y, de alguna manera, se toman su revancha. Debemos recordar que los precios que se habían instalado eran altos y se les hacía difícil obtener rentabilidad en esas condiciones, indicó Maurette.Para el consultor Marcos Lanusse, lo que ocurrió fue un sinceramiento de los precios. Están volviendo a sus niveles históricos luego de un período de subas provocado por el subsidio de otra actividad en referencia a la agricultura, indicó. En rigor, en los últimos años se dio un proceso en la pampa húmeda, en el que productores con planteos mixtos ganadería y agricultura en sus campos se volcaron a hacer una mayor superficie agrícola, sobre todo soja, pero para no perder las vacas empezaron a arrendar tierras ganaderas en otras zonas. Esto presionó el valor de los arrendamientos, en especial en la cuenca del Salado.Se generó una competencia que llevó en muchos casos a pagar campos que históricamente valían 50 kilos de carne de novillo por hectárea por año a 8090 kilos. Los productores accedían a pagar estos sobreprecios porque especulaban con subsidiar el mantenimiento de sus haciendas con lo producido en sus explotaciones agrícolas, señaló. Muchos apostaron a ese mecanismo para no desprenderse de los animales en una época en que la hacienda tenía precios planchados por la intervención oficial.Según Lanusse, ese proceso llegó a su fin y desde mediados de 2009 comenzó a aparecer una oferta de campos disponibles. Hoy, la demanda está dispuesta a pagar un valor de arrendamiento que le permita obtener una mínima ganancia, y ese valor vuelve entonces a ser el histórico, explicó.Ahora estamos en el proceso en que los propietarios de los campos ofrecidos en arrendamiento deben asumir este nuevo escenario y adecuarse a lo que la demanda puede pagar, o dejar sus campos vacíos. Una vez superado este momento, la tendencia de precios debería ser estable y mantenerse cercanos a los valores históricos, concluyó.
Fuente: La Nación – Fernando Bertello – Buenos Aires – Capital Federal – Argentina