Mientras los mercados externos son cada vez menos tolerantes con los residuos y el complejo frutícola se encamina hacia las buenas prácticas, crece en el Alto Valle el número de chacareros que se animan a probar suerte con la producción orgánica. De acuerdo con un informe del Senasa de marzo de 2009, Río Negro destina a frutales de esas características
La popularización de los dispensers utilizados para la confusión sexual de la carpocapsa y la aparición de nuevos productos más económicos para aplicar en las plantaciones, se encuentran entre las razones del incremento de un segmento que ya dejó de ser patrimonio de la vanguardia.
El futuro
Es lo que se viene, dicen los productores, mientras sueñan con un mundo sin agroquímicos y se alegran de que los hipermercados europeos y norteamericanos ya cuenten con departamentos de compra dedicados a las frutas ecológicas. En muchos casos son independientes de los que adquieren las manzanas y peras convencionales, como también se separan las aguas en las cámaras frigoríficas y las plantas de embalaje, mientras ejércitos de controladores privados y oficiales dan cuenta de que ha nacido una nueva industria: la del monitoreo de cada paso de la cadena.
“El mundo no quiere tóxicos”
La familia de José Alberto García es testigo de los controles: no pasa una semana sin que alguien revise la chacra de arriba a abajo ni que un ingeniero se siente a chequear las carpetas. “Es que el mundo no quiere tóxicos”, dice José Alberto García y se ajusta la gorra azul. Apenas unos minutos antes bajó de su viejo tractor rojo en la chacra de
Sin contaminar
“Nosotros nos pasamos a la producción orgánica porque es lo que viene. Y también para poner nuestro granito de arena para vivir en un mundo sin agroquímicos que contaminen a las napas, a los suelos, a los trabajadores rurales y a la larga a los consumidores, dice José. Hoy, si alguien compra una manzana en Munich, si quiere puede llegar hasta el cosechador. Todo está anotado en tarjetas y queda registrado en carpetas. Los controles son permanentes y si te piden ver tal pera en tal cuadro tenés que poner la escalera y dársela. Ojo, a mi me parece bien. Y por suerte siempre encontraron todo en orden, menos la primera vez. Fijate lo que nos pasó por inexperiencia en la primera visita, cuando empezamos la transición. Vino la inspectora de Argencert y recorrió toda la chacra. Caminaba, preguntaba y anotaba. Nosotros teníamos una pequeña huerta familiar. Y el día anterior el ingeniero agrónomo nos había avisado que no podíamos usar más el fertilizante químico en ella. Como quedaba media bolsa agarré y se la puse, para no tirarla. La cuestión es que cuando la inspectora llegó a donde estaban los zapallos, se agachó, revisó y preguntó qué era eso. Le contesté lo que había pasado, anotó y a los dos meses nos llegó el informe con los puntos a favor… y el punto en contra. Ese fue nuestro último contacto con los agroquímicos.
Transición
“Lo de la transición no es broma. Son tres años necesarios para la depuración de los residuos tóxicos en el suelo y en la planta. Si uno está en el tercer año y le encuentran una falta grave, mandan todo para atrás y se empieza de cero otra vez. Y si te encuentran una segunda falta grave, no te certifican más. Hay un comité que integran 15 personas en Buenos Aires y son los que toman las decisiones y evalúan la predisposición de cada uno a cumplir con las normas. Hicimos todo el proceso juntos con otros seis productores, todos de
Demanda
José cree que este año los números van a ser mejores. “Esta temporada el precio va a levantar, porque hay mucha merma en la producción en el Valle y con el terremoto de Chile aparecieron más compradores por acá. Fijate que han venido a la chacra empresas que te ofrecen de 1,50 por kilo en adelante, hasta dos pesos. O gente que viene con un camión y quieren cerrar trato y cargar ahí mismo. Nosotros tenemos un compromiso ético con
Costo sin beneficio
La del 2009 fue la primera temporada de los García como productores orgánicos plenos. “Ese primer año no fue bueno: tuvimos un costo de 1.05 pesos por kilo y cobramos… 0,65 centavos por kilo, hasta tuvimos que sacar un préstamo para poder encarar la temporada siguiente. Y eso que en Europa el kilo de fruta ecológica se pagó 5 euros y en los Estados Unidos siete dólares. Hoy todo se sabe al toque, mis hijos se meten en Internet y lo averiguan enseguida. Yo saqué la cuenta: cobramos 17 centavos de dólar, demasiado poco para el productor ¿no?
“Por suerte parece que esta temporada viene mejor: en la industria se está pagando 22 centavos el kilo de pera, contra 4 del año pasado. Y la manzana de descarte se está pagando 40 centavos el kilo, contra 15 del año pasado. Es que hay merma. Hay empresas grandes que están embalando manzanas un poco más grandes que una nuez. Está bien, no las mandan a Europa o a los Estados Unidos, las dejan para el mercado interno, Bolivia y a lo sumo Brasil, pero el año pasado las mandaban a descarte», relata José.
“La producción orgánica es más cara que la convencional, pero es mejor vender fruta sin residuos. Esto exige invertir en abono, guano de chivo certificado, productos contra la carpocapsa, para enfrentar las plagas secundarias, calcio, foliares y aceites orgánicos, entre muchas otras cosas. Sin embargo, yo calculo que hoy estamos un 30% abajo de los costos de un productor convencional. La clave es que mi viejo empezó hace 15 años con los dispenser de hormonas para el control de la carpocapsa con la confusión sexual. Y los fue entusiasmando a los vecinos. Y después con el programa de bloques de hectáreas de Funbapa que subsidiaba el primer año y parte del segundo se sumaron más chacareros de la zona. Por eso, pese a que al oeste y al sur lindamos con plantaciones convencionales, como también pusieron los dispenser usan menor cantidad de agroquímicos; es como si se hubiera formado una nube, una aureola que nos favorece a todos. Eso sí, las tres primeras filas lindantes las vendemos como convencionales, es lo que se llama zona Buffer. Y al este tenemos otras
“La nube”
“Te decía que esa nube nos favorece, porque sino hay capturas, no hay plagas. Nosotros venimos bajando la cantidad de aplicaciones del producto orgánico que usamos, Carpovirus Plus, que cuesta 80 dólares la botella de un litro. Ahí tenés una buena historia: lo desarrollaron unos técnicos del INTA en Castelar, vinieron unos franceses y les dijeron que tenían los fondos para producirlo… en Francia. Y ahora lo venden desde ahí a todo el mundo. En 2006 y 2007 hicimos cuatro aplicaciones, en el 2008 tres y en el 2009, dos.
“En esto hay que tener paciencia, porque hay muchos productores que creen que los dispenser son mágicos, que los ponés y se acaba la carpocapsa. Y si en paralelo tienen que curar se vuelven locos. Hay que entender que esto es un proceso. Pero hay que hacerlo, porque el mundo va a lo orgánico o por lo menos hacia muchos menos residuos. Fijate que los rusos bajaron su nivel de tolerancia de
¿Que hicieron los laboratorios? Sacaron agroquímicos con menos tóxicos, pero un 50 por ciento más caros y que hay que usar cada 5 días en lugar de cada 12, como se hace hasta ahora a partir de los primeros nacimientos. Pero no hay vuelta, porque el mercado no quiere tóxicos”.
Rindes
“Una hectárea a nosotros nos da unos 40.000 kilos. A un convencional le rinde 50.000, 60.000 y hasta 80.000 con un buen clon. Pero le meten mucha pichicata, sigue José. Un mes antes le tiran 400 o
La comercialización no sabe de orgánicos
“Lo que te vuelve loco de este negocio es que vos entregás la fruta de enero a marzo y recién en diciembre sabés cuánto vale -continúa-. Así es muy difícil planificar. Por ejemplo nosotros queremos comprar un tractor nuevo. Tenemos dos viejos Deutz, uno del 74 y otro del 76. No sabés lo que fue pagarlos cuando estaba Martínez de Hoz con la famosa bicicleta financiera. Mi viejo siempre cuenta que el interés era del 125% y entonces lo fue a ver al gerente del Banco Nación y consiguió un plan especial: le bajaron los intereses… ¡al 90%! Te contaba del nuevo, cuesta unos 110.000 pesos. Como ahora hay un plan de un banco que te cobra el 8% de interés por el préstamo a cinco años, fuimos a ver a la gente de
Esperanza
“Como te decía al principio, la expectativa es que se pague entre 1,50 y 1,60 por kilo, como para recuperar lo que perdimos el años pasado. No es por mandarnos la parte, pero nosotros estamos orgullosos de nuestras manzanas y peras”, afirma José. Acaso el mejor elogio lo recibió de su vecino productor convencional, medio en broma, medio en serio, con esa confianza que brinda la cercanía de los años compartidos sin ningún alambre que los separe, porque no hace falta: “Qué cosa con estos pelotudos: nunca curan y mirá la fruta que tienen”. José se ríe cuando lo cuenta. Después se despide y se prepara para subir al camión y salir a la ruta.
Fuente: Friticulturasur por Javier Avena