Técnicos de la Subsecretaría de Desarrollo Vegetal del Ministerio del Agro y la Producción visitaron una chacra donde se impulsa la producción de papas.
Es una actividad que, en la localidad de Olergario Victor Andrade está en etapa de ensayo, pero que apunta a expandirse. “Misiones se caracteriza por no producir papas. Es una actividad que algunos productores lo hacen como hobbie”, detallaron los técnicos del Ministerio del Agro.
En la recorrida por la plantación, el ingeniero Eduardo Auras explicó que se tratad de un colono que lleva unos 40 años trabajando en la siembra de papas, con el fin de venderlas en el mercado central de Misiones. “Lo que se realiza acá es un ensayo. Pero cada año se amplía un poco más la superficie, con el objetivo de convertirlo en una actividad comercial. Los rindes no son los adecuados, pero es una actividad que se puede fomentar y que ofrece una alternativa para la canasta familiar”, destacó.
El ingeniero subrayó la importancia de introducir semillas de calidad y de tecnología para expandir el cultivo de papas.
“Debe empezar como actividad hortícola. Tiene el mismo cuidado del cultivo de tomates. Si no consiguen semilla de buena calidad, los productores lo hacen con las que obtienen localmente”, indicó.
Por su parte, el productor comentó: “Me dedico a la actividad desde los años 60. El lugar no es muy apropiado, pero se busca el mejor sitio. Tengo sembrado un cuarto de hectárea. Trabajo con papas de consumo. Hay serios problemas para producir semillas de calidad”.
Describió: “Se compró la semilla y se dejó que brote. Después se trabajó la tierra y arrancó la producción. En el cuarto de hectárea sembramos entre 50 y 100 bolsas, lo que haría unos 2.000 kilos”.
El productor confió que el secreto es el abono y el cuidado extremo para evitar las plagas. Contó que la siembra se produce en julio y la cosecha a fines de año. “Hay que tener mucha iniciativa para encarar la producción. Más acción que palabras. Yo tengo la experiencia de un tío descendiente de alemanes que trajo mucha teoría y práctica”.
También aconsejó: “El producto no puede quedar mucho tiempo en bolsa. Hay que cosechar y vender. Yo recomiendo el cultivo. Hay que ponerle capricho al trabajo, solo eso”.
El productor contó que es descendiente de un combatiente de la Primera Guerra Mundial que vino a la Argentina a trabajar. “Y como no pude estudiar, porque en los 60 se complicaba, me dediqué a la chacra”, afirmó con orgullo.