Un foco de Roya Asiática de la Soja (RAS) fue detectado en Chaco y despertó el alerta sobre la presencia de esa enfermedad en la campaña actual. Los especialistas coinciden en que se encontraría en las etapas iniciales de su manifestación.
“Las condiciones ambientales de marzo y abril –lluvias, lloviznas, rocío y temperaturas entre 16 y 24 ºC– favorecerán la manifestación de la mayoría de las enfermedades de fin de ciclo y la roya de la soja en toda la región”, explicó Iván Bonacic, coordinador de Mejoramiento Genético y Protección Vegetal del INTA Sáenz Peña –Chaco–.
En este sentido, el técnico recomendó extremar las medidas de monitoreo “especialmente en aquellos cultivos de siembras muy tardías, ya que aún restan completar etapas críticas de la producción como el llenado de granos”. También sugirió “recorrer los lotes y recolectar al menos 20 foliolos del estrato inferior de las plantas y algunos otros del superior, para luego enviarlos al laboratorio e identificar la patología”.
“La roya asiática de la soja fue identificada por primera vez en la campaña agrícola 2002/03 en lotes comerciales de la región Chaco-Formosa. Desde ese momento, estuvo presente en las siguientes campañas, en distintos momentos del ciclo de la soja y afectó los cultivos con diversas intensidades de acuerdo a las condiciones ambientales de cada año”, recordó Bonacic.
Con respecto al impacto económico de la enfermedad explicó: “La enfermedad estuvo presente en prácticamente todas las campañas agrícolas, con mayor incidencia y severidad sobre el final del ciclo del cultivo y asociada a otras patologías”. En este sentido, el técnico reconoció que “es muy difícil separar los efectos perjudiciales causados por cada afección”.
Sin embargo, ensayos de fungicidas foliares que se realizan en el marco del Programa Nacional Roya de la Soja registraron diferencias entre las parcelas tratadas y los testigos absolutos “que fluctúan entre los 150 a más de 500 kg/ha a favor de las primeras, según las condiciones ambientales que acompañaron el crecimiento y desarrollo de los cultivos”, detalló el técnico.
Según el Informe sobre la situación sanitaria del cultivo de la soja del INTA Sáenz Peña, las plantas enfermas de RAS presentan hojas con pequeñas manchas amarillentas –lesiones cloróticas– que luego toman un color castaño oscuro –lesiones necróticas–. En estas manchas se forman estructuras globosas –pústulas– que liberan una masa de esporas hialinas que son esparcidas por el viento hacia otros cultivos y regiones. Según investigaciones, las esporas podrían permanecer viables 50 días posteriores a su liberación.
“La germinación de las esporas y la posterior infección requieren un mínimo de 6 horas de planta mojada y temperaturas óptimas. Bajo estas condiciones favorables es posible progresar desde una infección inicial a una de 90% en tres semanas”, detalló Bonacic.