27.12.18Las startups agrícolas están generando una nueva revolución, a partir de la informatización, la inteligencia artificial y la robotización.
La maquinaria agrícola de "los farmers" utiliza las nuevas plataformas de datos para sumar más eficiencia y productividad.
El conflicto “comercial” entre Estados Unidos y China desatado en 2018 ha significado para los “farmers” norteamericanos la pérdida del mercado chino para sus exportaciones de soja, que representa más de 30% del total de la producción del ciclo 2017/2018. Es un perjuicio superior a U$S 35.000 millones.
Hay que agregar que el precio de los commodities agrícolas ha caído entre un 25% y un 30% en el mercado estadounidense en los últimos dos años, como consecuencia del boom de oferta provocado por las cinco “súpercosechas” del agro norteamericano en este período.
La producción agrícola de Estados Unidos ha ratificado una vez más que es la primera del mundo en eficacia y productividad, y que ésta es –paradójicamente- la causa fundamental de la disminución del precio de los granos.
Esto sucede cuando el proceso de concentración y consolidación de la agroindustria global se ha convertido en un fenómeno irreversible e imparable, como lo revela la compra realizada por Bayer –la mayor compañía agroquímica alemana- del gigante agroalimentario de EE.UU., que es Monsanto por una suma que se estima en U$S 67.000 millones.
La respuesta del agro estadounidense a este desafío estructural es apostar una vez más a la innovación y la productividad, lo que implica incorporar en gran escala la nueva revolución industrial en todas las fases de su actividad.
Son más de 2.000 las “startups” agrícolas de alta tecnología que han surgido en los últimos dos años, y que han atraído más de U$S 2.000 millones de capitales de riesgo (VC) proveídos por Google, Temasek –fondo soberano de Singapur-, y SoftBank, el mayor VC del mundo, con recursos por más de U$S 150.000 millones, constituido por capitales de Japón, Estados Unidos y Arabia Saudita, entre otros.
Las tecnologías de las nuevas “startups” son la Inteligencia artificial, la Internet de las Cosas y la robotización, el fundamento de la nueva revolución industrial, la cuarta en la historia del capitalismo.
El costo de la “high tech” cae 20% por año y refleja su extraordinaria capacidad disruptiva. Google sostiene que el costo del almacenamiento de datos (Big Data) ha caído más de 100 veces en los últimos 15 años, y la tendencia se acelera.
La cuestión es cuándo se destaca una o más de estas “startups” agrícolas de avanzada, y se convierte en la compañía que provoca una drástica disrupción de la totalidad de la cadena agroalimentaria, como ha ocurrido ya con Amazon en la venta y distribución de productos por Internet, o con Netflix en el streaming.
Lo que está en marcha en Estados Unidos es un proceso disruptivo de la producción agroalimentaria de una magnitud similar o superior a lo que significó en su momento la “revolución verde” en las décadas del 60’ y 70’, o la incorporación masiva de la semilla genéticamente modificada (GM) de los años 80 y 90.
Esta vez se trata de la informatización y digitalización completa de la cadena agroalimentaria global, lo que es sinónimo de una radical y profunda disruptividad, la mayor de la historia.
Como es usual en los últimos 200 años, Estados Unidos se adelanta al futuro, y asegura que el agro estadounidense habrá renacido una vez más en los próximos cinco o diez años.
Fuente: Clarin