25.01.16 La eliminación de las retenciones a las exportaciones, sumado a la importancia que tiene su cultivo en la sustentabilidad del sistema productivo de granos, deberían impulsar una mayor siembra. Sin embargo no repunta la superficie cubierta. La estrategia debería apuntar a transformar el grano en algún tipo de carne.
El maíz actualmente debería pasar a ser una vedette para los cultivos de granos del NOA, ya que la eliminación de las retenciones a las exportaciones, sumado a la importancia que tiene su cultivo en la sustentabilidad del sistema productivo de granos, deberían impulsar una mayor siembra.
Lo cierto es que cuando el mes de enero ya empieza a terminarse, en general, los productores de maíz ya sembraron o están terminando de sembrar el cereal estival, no solo para lograr rendimientos adecuados y rentabilidad, sino para cumplir con rotaciones de cultivos que den sustentabilidad a los sistemas productivos de granos de nuestra región.
Esto se da en años normales, en cuanto a las condiciones ambientales y bajo una política agropecuaria confiable en el tiempo, algo que desde hace varios años no sucedía en los últimos gobiernos nacionales.
Hasta el cambio de la conducción política nacional, la toma de decisión de realizar maíz por parte de los productores estaba casi dejada de lado debido a que los números no cerraban y el endeudamiento que deben afrontar es muy grande.
Por suerte, ahora, la situación cambió y los productores y los técnicos que están dedicados a la actividad podrán cumplir con la necesidad de rotar y cumplir con las recomendaciones que se dan desde diferentes estamentos técnicos.
Ante todo, el productor de granos, y especialmente el propietario, son conscientes de que el recurso suelo es finito y que si no se lo maneja adecuadamente entra en un proceso de degradación muy difícil de parar y aún de cambiarlo.
Es por ello que el manejo adecuado de la rotación de cultivo empieza y debe tener un papel fundamental a la hora de sembrar un cultivo que rote adecuadamente con la soja.
Por suerte, el productor dispone de herramientas como la siembra directa, la biotecnología y la fertilización bien balanceada, que ayudan de sobre manera a mantener, con una adecuada fertilidad, los suelos de muchas zonas, sobre todo de nuestra área productora de granos.
Sabemos que el NOA y la provincia tienen suelos que van desde una alta fertilidad a suelos con baja fertilidad de acuerdo, principalmente, a la zona en que se encuentran y a la forma en que esos terrenos fueron manejados.
Por desgracia para los suelos, desde el punto de vista de los resultados económicos observados últimamente, dan a la soja como el mejor de los cultivos de granos y se lleva generalmente valores cercanos al 90% del área cultivada, como cultivo estival en las zonas aptas y no tan aptas.
El transporte al puerto
Para el NOA y para el cultivo de maíz, la distancia y el costo del flete siguen siendo limitantes y es uno de los parámetros que el actual gobierno debe analizar para nuestra región.
Es necesario tener en cuenta un estudio realizado por el INTA Manfredi, desde el año 1995 al 2000, donde se indica que una rotación bien balanceada obtuvo un margen bruto superior a un 6%, con respeto al monocultivo de la soja en la zona de influencia de esta estación experimental.
Es por ello que no solo debe pensarse en el rédito económico que brinda el maíz cosechado, sino la ventaja económica que trae al predecesor al brindar al suelo y ambiente las ventajas de la rotación.
En el maíz se cuenta en el mercado nacional la incorporación de nuevas tecnologías, a la que el productor argentino siempre espera atento y nos mantiene a la vanguardia, a nivel mundial, al usar y asimilar rápidamente su uso.
La siembra de gramíneas estivales puede tener otro destino que no sea su venta directa a acopio y estar dirigida a la transformación de otros productos de más valor agregado, como por ejemplo la producción de carne de diferente tipo.
Lo fundamental es que la rotación colabora con mejorar las aptitudes físicas y químicas de los suelos y a mejorar la actividad microbiológica del mismo, y sobre todo ayuda a cortar los ciclos de plagas, enfermedades y malezas que son muy perjudiciales para el monocultivo de soja.
Lo cierto es que a la fecha, por lo visto, el productor ya se decidió por sembrar algo más de maíz o sorgo y poder, de alguna manera, cumplir con un plan de rotaciones adecuado que ayude al sistema productivo de nuestra zona.
La eliminación de las retenciones debe servir para que el productor pueda sembrar más maíz, buscando no solamente los beneficios que la rotación otorga, sino también un aporte económico que sirva para mirar el futuro de una manera distinta.
Esperemos que las autoridades nacionales sigan en el camino de afianzar la actividad agropecuaria nacional y regional, tomando decisiones que fomenten el trabajo en el campo.
La Gaceta de tucuman