Suelo, agua, planta y trabajador protegido es igual a mayor productividad. Así puede resumirse la capacitación en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) que el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) comenzó a implementar en conjunto con la cooperativa Productores de Yerba Mate de Santo Pipó SCL y el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM).
Se trata de una iniciativa inédita para el sector productivo de la yerba mate que abarca técnicas de conservación del suelo, del agua, de manejo de la planta de yerba mate, de registros del clima y de insumos aplicados, y de condiciones de seguridad para los trabajadores en cada una de las plantaciones.
La primera experiencia en BPA se hará en Santo Pipó con la participación de productores que son socios de la cooperativa, entidad que proveerá la asistencia técnica, junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), para la optimización de los yerbales. El INYM, por su parte, financiará la participación de IRAM, que ya brindó la charla introductoria a los agricultores, que auditará los procesos y, tras verificarlos, otorgará la certificación correspondiente.
“Además de los beneficios que tendrá cada productor que implemente BPA, que se desprenden de cuidar su yerbal de manera integral, con productividad y con sustentabilidad en el tiempo, creemos que esta iniciativa tiene como singularidad el hecho de ponderar la relación del productor con la planta de yerba mate”, destacó el ingeniero Alberto Re, presidente del INYM. “Los consumidores son cada vez más exigentes, y con las BPA estamos cuidando, de raíz, la materia prima y lo hacemos con una mirada de cuidado ambiental, con lo que nos posicionamos, una vez más, a la vanguardia”, agregó.
Del plantín a la cosecha
Las BPA “son aquellas practicas diarias que hacen que el producto final sea inocuo, sin contaminantes físicos, químicos y biológicos, e incluyen la seguridad del personal y el cuidado del ambiente”, explicó por su parte Federico Christen, auditor de IRAM. “Las normas de BPA van desde el vivero o desde el momento que se compra el plantin, la plantación, cuando ese plantin comienza a producir y se cosecha, hasta que se llevan las hojas de la chacra, atendiendo aspectos de higiene, seguridad y salud del cosechero”, continuó.
En la Argentina, estas normas están certificadas por IRAM en plantaciones de cítricos, arándanos, frutas de carozo, ajo y cebolla.
En las chacras
Luego de la primera charla que IRAM brindó en la sede de la cooperativa, los productores de yerba mate que acepten el desafío de implementar BPA recibirán capacitación por parte de los ingenieros agrónomos Néstor Munaretto y Cristian Infuleski, de INTA Santo Pipó, que incluye un diagnostico del yerbal, la identificación de aspectos a optimizar y luego la implementación de las mejoras hasta obtener la certificación BPA.
Infuleski estimó que inicialmente serán entre 8 y 10 productores. “Seremos los primeros, y ese es un reto del que nos gusta ser parte”, dijo. “Esperamos poder aplicarlo en una superficie de más de 300 hectáreas, aunque eso se irá viendo a medida que avancemos en la capacitación y se definan los agricultores”, manifestó.
Entre las acciones y beneficios de las BPA, Infuleski recordó que entre las premisas está “conservar los recursos naturales, por ejemplo sistematizando los terrenos como debe ser, tratando de manejar el agua e incorporando la cobertura necesaria para que no se erosione el suelo”, y “registrar todo lo que se lleva día a día en las chacras, como las dosis de productos a utilizar, las lluvias, de qué origen son los plantines y contar con lugares seguros para guardar insumos”. Por lo tanto, con la aplicación de estas normas “estaremos contando con una chacra que conserva la fertilidad de su suelo, la productividad de la planta y brinda seguridad a quienes trabajen allí”.
Valor agregado
La cooperativa Productores de Yerba Mate de Santo Pipó SCL considera la implementación de las BPA como “una oportunidad para mejorar” el producto que se comercializa dentro y fuera del país. “Se están imponiendo en todos los lugares y para todos los productos; los mercados europeos, en medio oriente y otros destino piden inocuidad, así que de esta manera nos estamos preparando para esas exigencias”, expresó Gerardo Vallejos, presidente de la entidad. “Hablamos de optimizar el alimento en todo su proceso, desde la chacra hasta el paquete”, destacó.
En esa línea, Vallejos recordó que la cooperativa “ya está trabajando en buenas prácticas en secadero, buenas prácticas en el molino y, ahora, hacer las buenas prácticas agrícolas será el punto que completa todos los eslabones de la cadena”.
Productores de Yerba Mate de Santo Pipó SCL cuenta con 57 socios “y elabora por zafra alrededor de 20 millones de kilos de hoja verde, lo que representan un promedio de siete millones de kilos de yerba mate canchada anuales”.