INTA NA 03-663 e INTA NA 03-617 son los nuevos cultivares inscriptos para su uso comercial recientemente en el INASE. Destacan la gran tolerancia al vuelco de 03-617 y la uniformidad de tallos a cosecha en 03-663.
Desde el Programa de Mejoramiento Genético de Caña de Azúcar, la EEA Famaillá del INTA trabaja permanente en el desarrollo de nuevos cultivares en Tucumán. Una tarea que lleva aproximadamente 12 años entre las diferentes etapas de ensayos, análisis y selección. El objetivo es lograr un incremento en los rendimientos, la sanidad del cultivo, la adaptación a condiciones ambientales específicas y la diversificación varietal del sector productivo local.
Los criterios que se toman a la hora de evaluar y seleccionar los mejores cultivares son rendimiento (cultural y fabril), maduración temprana, tolerancia a plagas y enfermedades, adaptación a las condiciones agroecológicas locales, tolerancia a factores abióticos (sequía, heladas, salinidad), adaptación a la cosecha mecanizada, longevidad de la cepa, porte, resistencia al vuelco, entre otros. Todo ello buscando incrementar la productividad y disminuir el impacto ambiental de acuerdo a la estrategia institucional del INTA.
Con este esquema, en el último año, el INTA liberó 2 nuevas variedades, que fueron inscriptas para su uso comercial recientemente en el INASE (Instituto Nacional de Semillas) y ya están implantadas en los campos productivos: INTA NA 03-663 e INTA NA 03-617. A ellas se suman INTA CP 98-828, L 91-281, INTA NA 91-209 e INTA NA 89-686, inscriptas en el año 2015 y con una década de trayectoria acompañando al sector agroindustrial cañero de la provincia.
El Ing. Agr. Arturo Felipe –especialista del INTA Famaillá y uno de los obtentores– señaló que “es clave proveer de variedades de elevado rendimiento cultural y fabril, resistencia a las principales enfermedades que atacan al cultivo y con adaptación a las diversas condiciones climáticas que abarca este cultivo en el país”. Y agregó que “esta misión es de vital importancia en un contexto en el cual es necesario contar con una mayor diversificación de los cañaverales para favorecer la sostenibilidad del sistema productivo”.
“Lo que buscamos es que las variedades tengan la plasticidad suficiente para tener un buen comportamiento general en todos los ambientes, pero las caracterizamos si sobresalen en alguno en particular. Esto tiene que ver, específicamente, con los tipos de suelo que hay en cada uno de ellos”, indicó el técnico.
En cuanto a las principales características productivas, fitosanitarias y morfológicas, INTA NA 03-663 presenta vainas de color verdoso y fuertemente adheridas al tallo, entrenudos de diámetro intermedio y color verde amarillento, porte erecto, macollaje alto y follaje denso de color verde claro.
Con respecto al comportamiento productivo, muestra un rendimiento cultural de entre 70 y 85 Tn/Ha; buena adaptación a suelos húmedos y fértiles; también a la cosecha mecanizada con un despunte uniforme.
En materia fitosanitaria, es tolerante a estría roja, mosaico, escaldadura de la hoja y carbón. Es medianamente susceptible a raquitismo de las socas y medianamente tolerante a roya marrón. El período óptimo de cosecha es de mayo a agosto.
Por su parte, INTA NA 03-617 cuenta con vainas de color verde amarillento con manchas color púrpura, entrenudos color púrpura de elevada serosidad y alineación en zig-zag moderada, macollaje intermedio, buena altura y porte erecto.
Presenta un rendimiento cultural de entre 75 y 85 Tn/Ha. Tiene buena adaptación a suelos húmedos y fértiles y muy buena tolerancia al vuelco.
En comportamiento fitosanitario, es tolerante a estría roja, mosaico y carbón. Es medianamente tolerante a roya marrón y escaldadura de la hoja. Y susceptible a raquitismo de las socas. El período óptimo de cosecha también es de mayo a agosto.
“Con los nuevos cultivares, también apuntamos al desarrollo de características específicas que superen a las variedades utilizadas en la actualidad como la gran tolerancia al vuelco que presenta 03-617 o la uniformidad de tallos a cosecha de 03-663”, dijo Felipe.
Entre las propuestas con más trayectoria, INTA CP 98-828 exhibe un rendimiento cultural de entre 75 y 85 Tn/Ha. Tiene buena adaptación a suelos fértiles y bien drenados. El tiempo de brotación es de tipo intermedio. Para su uso, se recomienda bajar temprano el bordo para favorecer la brotación y no estacionar la caña semilla por mucho tiempo. Es tolerante a estría roja, mosaico y escaldadura de la hoja; medianamente tolerante a roya marrón; medianamente susceptible a carbón; y susceptible a raquitismo de las socas. Su período óptimo de cosecha es de mayo a agosto.
L 91-281, mientras, muestra un rendimiento cultural de entre 75 y 85 Tn/Ha. Es de rápida brotación con buena cobertura del entresurco. Tiene buena capacidad de rebrote en soca, elevada plasticidad en su adaptación ambiental y un desempeño destacado en suelos arenosos y moderadamente alcalinos. Es tolerante al mosaico; medianamente tolerante a roya marrón; medianamente susceptible a estría roja, escaldadura de la hoja y carbón; y susceptible a raquitismo de las socas. Su período óptimo de cosecha es de julio a septiembre.
Otra de las variedades de la Institución es INTA NA 91-209, que presenta un elevado rendimiento cultural y una rápida brotación y vigor inicial, lo que favorece la competencia con malezas. Es recomendada para suelos bien drenados y poco fértiles por su tendencia al vuelco. Se adapta muy bien a la cosecha mecanizada, evidenciando una elevada durabilidad de la cepa. Es tolerante a estría roja, mosaico, escaldadura de la hoja y carbón; medianamente susceptible a roya marrón; y susceptible a raquitismo de las socas. Su período óptimo de cosecha es de junio a septiembre.
Por último, INTA NA 89-686 demuestra un elevado rendimiento cultural. Tiene un crecimiento moderado al inicio del ciclo, acelerándose a partir de febrero. Se adapta a suelos húmedos, inclusive con retención de agua temporaria. Tiene buena tolerancia al vuelco y heladas. Es tolerante a roya marrón y carbón; medianamente susceptible a estría roja, mosaico y escaldadura de la hoja; y susceptible a raquitismo de las socas. Su período óptimo de cosecha es de julio a octubre. El Ing. Agr. José María García –especialista del INTA Famaillá– destacó la importancia del desarrollo de nuevos cultivares en la caña de azúcar, “ya que al ser un cultivo semi-perenne, el recambio varietal es más lento –una vez elegida la variedad y plantada, recién al quinto o sexto año se elimina y se vuelve a plantar, donde se tiene la oportunidad de cambiar la variedad–. Por lo tanto, es más vulnerable a sufrir por la aparición de plagas o enfermedades que afecten a un cultivar en particular de los que se utilizan en la actualidad