La estimación original coincide con los números que tienen fuentes privadas. Así, en plena campaña electoral, habrá una mayor presión sobre el dólar, que ya aumentó 7,5% en lo que va del año. Y el fisco recibirá US$ 1200 millones menos en concepto de retenciones.
Además, será sustancialmente menor el fondo solidario que el Gobierno repartirá entre provincias y municipios, equivalente al 30% de lo recaudado por las retenciones a la soja. El malestar entre los productores agropecuarios, enfrentados con el Gobierno por ese tributo, podría acentuarse en la medida en que progrese la cosecha y se confirmen los malos resultados.
En 2008, con US$ 16.515 millones, el complejo sojero representó el 23% de las ventas externas argentinas. Además, es una de las principales fuentes de ingresos del Estado nacional: sólo por retenciones, ese año, el Fisco percibió más de US$ 5000 millones. Desde hace años,
El impacto de la sequía, la peor de los últimos 40 años fue más duro que lo esperado, incluso en la principal zona productiva en la que los rendimientos cayeron sustancialmente. En campos del norte bonaerense, como Pergamino, Rojas y Salto, se registraron rendimientos de entre 900 y 1200 kilos por hectárea, cuando el promedio nacional de 2007/08 fue de 2700 kilos por hectárea. Según
Ayer,
Otros granos
La menor cosecha de soja se suma a los magros resultados de las trillas de trigo y maíz, que cayeron en promedio el 50%. En este caso, el menor ingreso de recursos fiscales ya fue asumido por el Gobierno, porque las retenciones sobre el saldo exportable (6 millones de toneladas de maíz y algo más de 500.000 toneladas de trigo) ya fueron cobradas mediante el sistema de adelanto del pago de derechos de exportación a cambio de la ampliación de los plazos de embarque.
En total, la cosecha argentina de este año apenas llegaría a los 70 millones de toneladas, lejos de los 97 millones de toneladas del año pasado. Desde hace unos cinco años, estudios privados y públicos proyectaban para estos años una cosecha del orden de los 100 millones de toneladas por primera vez en la historia. Esa meta quedará lejos cuando se termine la cosecha gruesa y haya que empezar a pensar en la próxima siembra, con un menor capital de trabajo y, en muchos lugares del país, con pérdidas considerables. Según datos del Instituto de Estudios Económicos de